La
ambición de Google por construir un coche autónomo es bien conocida. El gigante
de la red sueña desde hace cuatro años con un futuro en el que no será
necesario prestar atención a la carretera. Pero hasta ahora todos los
prototipos creados por la rama de investigación y desarrollo de la compañía,
Google X, estaban construido sobre coches convencionales, modelos híbridos
adaptados para la circulación sin conductor gracias a potentes sensores y
varios ordenadores a bordo.
Ayer,
durante la conferencia Codecon que se celebra en Rancho Palos Verdes, California,
el cofundador de Google, Sergey Brin, mostró un vehículo más avanzado y
construido por los propios ingenieros de la compañía que condensa todos los
adelantos conseguidos en los últimos años. Es un coche compacto, eléctrico,
biplaza y que no tiene volante ni pedales, tan sólo un botón de encendido y una
pantalla que muestra la ruta que seguirá el vehículo.
"Ha
sido realmente inspirador poder empezar desde cero y pensar ¿qué debe tener un
vehículo como éste?", aseguran los responsables del prototipo. El coche
está pensado para áreas urbanas y suburbanas y alcanza una velocidad máxima de
40 kilómetros por hora. El frontal está fabricado con un material esponjoso que
protege tanto a los pasajeros como a los peatones u otros vehículos en caso de
que se produzca un accidente. El coche cuenta además con dos sistemas de
dirección y frenado. En caso de que uno falle, se activa automáticamente el de
repuesto.
Google
construirá 100 unidades a lo largo de los próximos años para realizar pruebas
en California. Brin, sin embargo, aseguró que aún quedan años de ajustes y
conversaciones con los organismos reguladores antes de que ver un coche
autónomo en la autopista o la calle de nuestro barrio se convierta en algo
normal.
Miedo
a los accidentes
Hasta
ahora, los prototipos que Google tiene en circulación sólo han sufrido un
accidente y sucedió mientras el conductor tenía el control manual del vehículo.
El
miedo a las repercusiones de un accidente con un coche autónomo, sin embargo,
sigue siendo la principal preocupación de los gobiernos, las aseguradoras y los
fabricantes.
Brin
señaló que la seguridad es precisamente el eje que mueve el desarrollo de este
tipo de vehículos. La esperanza de Google es que los vehículos autónomos
reduzcan de forma significativa el número de accidentes en carretera, la
mayoría debidos a error humano.
La
pasada semana California confirmó que a partir de septiembre comenzará a
otorgar licencias de circulación a compañías que quieran experimentar con
coches autónomos en carreteras del estado. Estas licencias, sin embargo, no
serán accesibles para el nuevo coche de Google.
Los
vehículos deberán contar con pedales y volante y tener siempre un conductor
profesional capaz de tomar el control si surge algún problema inesperado.
También tendrán que estar asegurados en caso de accidente por un importe
superior a cinco millones de dólares. Google espera que nuevas regulaciones
menos estrictas en los próximos años permitan ensayar desplazamientos en estos
nuevos vehículos sin conductor y sin volante.
Fuente: EL Mundo.es/ÁNGEL JIMÉNEZ DE LUIS
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.