Bélgica se ha despertado este miércoles consternada por
el anuncio del grupo automovilístico Ford de cerrar en 2014 su planta de
producción en la ciudad belga de Genk, e incluso el primer ministro, Elio di
Rupo, ha contactado con los responsables de la marca en Europa para recordarles
"sus obligaciones" con los trabajadores.
El traslado de la producción de la planta belga a las
instalaciones del grupo automovilístico en la localidad valenciana de
Almussafes supondrá la pérdida de 4.300 empleos directos y otros 5.000
indirectos.
SIGA LA INFORMACIÓN...