La industria automovilística española redujo el pasado
año su peso en el PIB, en el empleo total y en el comercio exterior, si bien el
sector del automóvil "sigue siendo una de las columnas básicas de la
economía española y su visibilidad internacional". Así consta en la
memoria de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones
(Anfac) correspondiente al ejercicio de 2012, donde la patronal recuerda que el
pasado año se anunciaron inversiones por un importe superior a 2.500 millones
en las factorías españolas, en un entorno especialmente complicado, con el
cierre de 82 plantas en Europa.