Tras convertirse en el primer mercado de automóviles a
nivel global en 2012, China está cerca de pinchar lo que muchos califican ya de
burbuja de los coches de lujo.
En el que ya es el segundo mercado de vehículos
premium del mundo, quien desea comprar un Audi o un BMW debe pagar hasta un 37%
más respecto al precio de los mercados occidentales.