En los vehículos de gas
natural, las emisiones de NO, NO2 y PM -principales responsables de la baja
calidad del aire en las ciudades- son casi nulas.
El gas natural es, además, una
alternativa real y económica, al suponer un ahorro por kilómetro recorrido del
30% respecto al diésel y del 50% con relación a la gasolina.