El cuerpo
humano no deja de ser una máquina y, por analogía con nuestro automóvil,
también disponemos de nuestro particular motor térmico, transmisiones, sistema
eléctrico, sensores, centralita,? Los desgastes y las averías también aumentan
con el kilometraje y por ello hay que tener en cuenta la edad a la hora de
valorar nuestras capacidades para conducir.