- La reducción de la visibilidad, y no la menor adherencia del asfalto, es la principal culpable de la siniestralidad en lluvia.
- El efecto más peligroso es que afecta la capacidad de ver a través del parabrisas, más que a la reducción de la visibilidad por el efecto atmosférico en sí. Las gotas de agua sobre el cristal distorsionan la luz y reducen el rendimiento visual del conductor, efecto que se multiplica si el parabrisas sufre desperfectos.
- La lluvia modifica el entorno visual de los conductores. Filtra parte de la luz de los faros y reduce las zonas iluminadas; cambia la luz que se refleja sobre la carretera, reduce las propiedades reflectantes de las marcas viales, disminuye el contraste entre los objetos y su fondo, y cambia la percepción visual de ciertas superficies.
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