ANDE YO CALIENTE…
“Ande yo caliente y ríase la gente” es una expresión que se
utiliza cuando uno prefiere su gusto o comodidad a someterse a la opinión de
los demás o a los convencionalismos sociales. También se emplea para recomendar
actuar rectamente y de acuerdo con la propia conciencia, sin tener en cuenta lo
que opinen otras personas. Creo que eso lo saben todos los lectores, ¿pero
saben a qué escritor debemos la ocurrencia? Naturalmente, algunos también lo
saben e incluso lo añaden al dicho, otros, lo ignoran, sin embargo, sueltan
cualquier nombre con riesgo de equivocarse y, finalmente, están los prudentes
que, ante la duda, se limitan a decir la frase o añaden: “Como decía el poeta”.
Pues bien, vamos al grano, tras unos versos, aparecerá el nombre del autor.
Ande yo caliente,
y ríase la gente.
Traten otros del gobierno
del mundo y sus
monarquías,
mientras gobiernan mis
días
mantequillas y pan tierno…
Luis de Góngora
Luis de Góngora fue un poeta barroco español que estuvo
activo en los siglos XVI y XVII. Su obra se encuadra en el Culteranismo, que
usa metáforas cultas en la escritura para añadir sustancia al texto e intrigar
al lector. Esta corriente estaba reñida con el Conceptismo, un estilo utilizado
por su rival Francisco de Quevedo… Luis de Góngora nació en Córdoba en 1561 en
un ambiente bastante acomodado; su padre era un juez de buena familia y su
madre también venía de una casa con posibles. Escogió el apellido de su madre
para poner de manifiesto su "sangre cristiana pura", que le permitía
acceder a una educación superior. En 1605 Góngora fue ordenado sacerdote, tras
lo cual pasó un breve periodo como capellán del rey Felipe III.
Que tuvo algún malentendido con su rival Quevedo se queda
bastante corto, pues ambos se dedicaron a acusarse mutuamente durante toda la
vida, incluso llegando al extremo de que Quevedo comprase la casa donde vivía
Góngora para conseguir que lo echasen de ella, y lo único que consiguió acabar
con esa rivalidad fue la muerte de Góngora en 1627 en su ciudad natal de
Córdoba.
Góngora, junto a Lope de Vega y Quevedo, son los nombres que
sostienen el llamado Siglo de Oro de la Poesía Española…Todo un vergel de
exquisiteces, de personas cultas a las que se supone educadas y alejadas de la
envidia y, por supuesto, de las descalificaciones… Pues no.
Góngora llamaba borrachos a Quevedo y a Lope, mientras que a
él le calificaban de “morisco.” De Quevedo decían que no tenía ni idea de
griego y, además, que era “cegato”. Lope como cura era, para Góngora, una
“enfermedad”. Y Cervantes se ganó adjetivos como “colérico, envidioso y
mentiroso”. El propio Cervantes pone en boca del escudero de don Quijote estas
palabras que vienen aquí como de molde: “No hay camino tan llano —replicó
Sancho—que no tenga algún tropezón o barranco; en otras casas cuecen habas, y
en la mía, a calderadas”.
Con mis mejores deseos, saludos cordiales.
Fernando Monge
2/julio/2023
fmongef@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.