Ante un parque más envejecido y muchos coches sin pasar la
ITV, Euromaster recomienda vigilar algunos componentes clave de un automóvil
Llega la primera Operación
Salida de verano y con ella es habitual ver coches averiados en el arcén de las
carreteras esperando a que les asista la grúa y a pleno sol. Para evitar esta
situación y los riesgos que implica en la seguridad vial, Euromaster,
especialista en el cuidado y mantenimiento integral del vehículo, recomienda la
revisión de ocho imprescindibles.
Estado de los neumáticos: son
los “zapatos” del vehículo y el único punto de contacto entre el coche y el
asfalto, de ahí su importancia para que estén siempre en buen estado. Por ello,
resulta clave revisar la profundidad del dibujo de la banda de rodadura -por
Ley, al menos 1,6 mm- y la presión, factor este último que asegura un buen
agarre en caso de frenada de emergencia y, además, permite alargar su vida
útil.
Nivel y el estado del aceite:
conocido popularmente como “la sangre” del vehículo, el aceite recorre gran
parte de la estructura del motor y entre sus propiedades básicas está la de
reducir el desgaste causado por la fricción de los diferentes elementos que
están en contacto. Por este motivo, si está en mal estado y no se ha hecho un
mantenimiento adecuado puede originar una avería grave del motor (con un coste
económico que puede variar entre los 1.000 y los 8.000 €), todo ello partiendo
de los exiguos precios que implica el cambio del aceite y del filtro (que
cuesta de media entre 70 y 120 €). En el lado contrario, su buen estado ayuda a
disminuir el consumo de combustible, las emisiones de CO2 y los gases
contaminantes.
Líquido y pastillas de frenos:
siempre en el nivel adecuado y óptimo recomendado por los fabricantes, el
líquido de frenos tiene como función principal asegurar el buen funcionamiento
de las pinzas y los bombines de freno. Si hay un exceso de humedad en este
líquido, puede aumentar la corrosión y dada la temperatura de funcionamiento
(150-200 grados) de los frenos, generará burbujas de aire, con lo que el
sistema perderá potencia de frenada, alargando, por tanto, la distancia de
frenada y el riesgo de sufrir un accidente. Por ello, se recomienda
reemplazarlo cada año para evitar males mayores.
Por otro lado, si las
pastillas de freno no son sustituidas a tiempo -su cambio cuesta entre 80 y
140€-, se rayan los discos de freno, aumentando considerablemente el gasto en
la avería final (entre 200 y 400€), y lo que es peor, que el coche no frene con
seguridad. Además de gastadas, unas pastillas de freno pueden estar en mal
estado, cristalizadas, endurecidas, con desprendimientos, etc., y a su vez
puede aumentar la distancia de frenado y aumentar el riesgo de sufrir un
accidente.
Amortiguadores: este elemento
asegura la estabilidad de la carrocería con el coche en movimiento ante las
irregularidades del asfalto o si se circula en línea recta o en zonas de curvas.
Por tanto, su buen o mal estado influye directamente en el control que tiene el
conductor sobre el vehículo. Asimismo, su deterioro o desgaste también influye
en un mal comportamiento de los frenos y de la dirección, dos de los elementos
claves en la seguridad de un vehículo. Hay que tener en cuenta, que como su
deterioro es paulatino, el conductor no es consciente del deterioro de éstos, y
se acostumbra a la bajada de prestaciones del vehículo.
Nivel estado del líquido
refrigerante: no sólo en invierno, sino también, en verano, la revisión, y la
sustitución de este líquido (su cambio cuesta de media entre 40 y 70€- es muy
importante porque evita el sobrecalentamiento al permitir que el motor siempre
funcione en su temperatura óptima. Si no es así, hay riesgo de rotura del motor
(que puede implicar hasta 8.000€ de avería).
Escobillas y líquido
limpiaparabrisas: si ambos componentes están en buen estado, en todo momento el
conductor tendrá una buena visibilidad tanto por delante como por detrás, sobre
todo si aparece la lluvia, un fenómeno climatológico que en ocasiones también
tiene lugar en verano como estamos viendo este año con las numerosas tormentas.
Funcionamiento de las luces:
el buen estado de las luces evita posibles accidentes de tráfico, especialmente
en condiciones de baja o mala visibilidad. El objetivo del funcionamiento de
este elemento es que el conductor vea lo que sucede en la carretera, además de
ser visto por el resto de conductores.
Batería: si la batería del
coche está en mal estado o falla por el motivo que sea, el motor no arranca,
así de sencillo. No hay un plazo concreto sobre su sustitución, pero la media
es de unos 5 años, eso sí, se recomienda su revisión al menos una vez al año.
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