CEDA EL PASO

 

WHATSAPP

 

WhatsApp es una aplicación de mensajería instantánea para teléfonos inteligentes, aunque también cuenta con versiones para ordenadores. La aplicación permite enviar y recibir mensajes mediante Internet, además de fotografías, vídeos, audios, documentos, contactos, llamadas, videollamadas, entre otras funciones. WhatsApp se integra automáticamente en la libreta de contactos y no es necesario ingresar ninguna contraseña para acceder al servicio. Según datos del año 2022, es líder de mensajería instantánea, superando los dos mil millones de usuarios. Es decir que es usada por multitud de personas. Yo diría que por todas las que disponen de un teléfono inteligente, con las excepciones que confirman la regla.

Después de esta introducción para decir algo que todo el mundo conoce y domina, unos con más soltura que otros como ocurre en todas las facetas de la vida, entenderán que no es mi intención instruirlos sobre el WhatsApp, sino hacer algunos comentarios sobre los mensajes escritos que cada vez son más flexibles y en los que cada uno tiene sus propias normas de estilo. Igual que tenemos diversos estilos para hablar en diferentes situaciones, también tenemos distintos estilos en los mensajes, que dependen del contexto en el que los escribimos.

“¿Qué pretende decir?, ¿qué hay que ser rigurosos a la hora de escribir un mensaje, utilizando una buena ortografía y una acertada composición de las frases?” Hombre, sería lo ideal, pero tampoco voy por ahí. ¿Cómo vamos a pretender que una aplicación de mensajería que la utilizan millones de personas sea un modelo de corrección escrita? Naturalmente, las que tengan conocimientos sería deseable que los pusieran de manifiesto en sus expresiones, pero hay que tener en cuenta que muchas tienen sus limitaciones porque la vida no les ha dado la oportunidad de adquirir los mencionados conocimientos. Así que las criaturas escriban según su nivel y que lo hagan sin rubor. Lo importante es la comunicación con otras personas a las que quieren felicitar por su onomástica, preguntarles por su estado de salud o quedar con ellas para tomar un café. Y si se ven muy apuradas, para eso están los socorridos mensajes de voz.

“Sí, todo muy bien, pero están los “graciosos” que se ríen con los fallos de la escritura y, además, se los van enseñando a todos sus familiares y amigos para que vean lo mal escritos que están…” Ahí quería yo llegar. Seamos un poco generosos y entendamos que no todos tienen que ser unos perfeccionistas del lenguaje escrito. Es más, yo pienso que esas burlas son propias de mediocres y sabiondos, pues los virtuosos, aunque vean los fallos, no hacen comentarios despectivos y los que no saben, como no saben, tampoco los hacen. Los más burlones son los que saben algo, no mucho, y se regocijan con los que saben menos. Si algún lingüista quiere comprobarlo, que lea el mensaje de un burlón y verá los errores del esccrito que, en ciertas ocasiones, no son pocos.

Con mis mejores deseos, saludos cordiales.

Fernando Monge

29/enero/2023

fmongef@gmail.com