APARENTAR
El
“complejo de Eróstrato” se utiliza para indicar a aquellas personas que buscan
sobresalir a toda costa, que quieren distinguirse y ser el centro de la atención,
pero en vez de desarrollar sus cualidades y capacidades para realmente aportar
valor, destruyen o construyen una personalidad ficticia.
Estas
personas ostentan sus posesiones materiales sin pudor y a menudo también se
vanaglorian de sus relaciones sentimentales, ya que para ellas son un logro
más. Jamás tienen problemas, su vida es simplemente perfecta. De hecho, a veces
llegan a creerse tanto el personaje que han construido que, aunque la vida se
esté desmoronando, se niegan a reconocerlo.
El
problema es que en muchos casos termina identificándose con esa imagen. Se
olvidan de construir una vida que le haga sentir bien, para crear una vida que
se vea bien desde fuera.
En el
fondo, esa búsqueda de aprobación esconde un profundo miedo a ser rechazado y
perder el afecto. Estas personas piensan que si se muestran tal cual son, si
son auténticas, los demás no las aceptarán. Y es que tengo la impresión de que
de tanto fingir su personalidad, de tanto disfrazar su personalidad, al
final terminan por no reconocerse ni ellos mismos.
Cuando
más intentemos aparentar, más lejos estaremos de alcanzar eso que aparentamos.
Es una doble atadura psicológica porque cuanto más nos preocupemos por
aparentar ser felices, menos tiempo tendremos para intentar descifrar que nos
hace felices de verdad.
No
podemos negar que la presión social existe y que a todos nos agrada ser
aceptados. Sin embargo, debemos asumir que todos no aprobarán cómo vivimos o lo
que creemos. Y eso no significa que tengamos menos valor, simplemente significa
que somos únicos. La búsqueda de aceptación y la adaptación terminan allí donde
comienza a corroer nuestra identidad, empujándonos a convertirnos en algo que
no somos.
También
pueden aparentar para manipular, vestirse de víctimas necesitadas para obtener
algún beneficio. Su postura narcisista les hace vulnerables porque necesitan
compararse constantemente para sentir que ganan.
Las
personas verdaderamente fuertes no necesitan estar pendientes de la opinión de
los demás. Por eso, me preocupa parte de la sociedad enganchada a las redes
sociales, que es dónde asoman sus identidades falsas para convertirse en lo que
no son, y cuando apagan la cámara se dan cuenta realmente lo que son.
Somos lo
que somos, y si queremos mejorar, habrá que prepararse, educarse, sumergirse en
la cultura, leer, ver teatro, cine, etc. Nuestras miras de nosotros mismos
deben ser altas, pero siempre reconociendo lo que somos, auténticos,
Con afecto y respeto,
Pepe Bejarano
todomotornews@gmail.com
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