sábado, 23 de octubre de 2021

LA ROTONDA

 

LA AMBIGÜEDAD

 

 



La función pública atribuida a los policías tiene como principales objetivos mantener la seguridad y el orden en lugares públicos; hacer respetar las leyes y proteger a los ciudadanos y sus bienes de peligros y actos delictivos.

Si alguna vez se encuentra en medio de una situación policial, no lo dude, su colaboración es esencial, procure colaborar en todo cuando precise la instrucción policial. Procure identificarse, y contestar a todas las preguntas que le realicen las fuerzas de seguridad, pero no se olvide que usted también tiene sus derechos, y si estos se ven conculcados, no dude en requerir la intervención de un abogado.


A veces, en tertulias de amigos ponemos encima de la mesa una serie de temas en los que no tenemos más remedio que disentir. Algunos, ante una posible infracción siempre refrendan la actitud de las fuerzas de seguridad, y otros, creen que los protocolos no se dan la mano con los derechos fundamentales de la ciudadanía.

En definitiva, estoy convencido de que no siempre la ambigüedad ayuda a la aplicación de las normas o las leyes.

Desde las propias normas y leyes individuales a las que estamos sometidos todos domésticamente, a las que nos imponemos para la convivencia en una comunidad de vecinos, o a los bandos municipales de un pueblo o ciudad, hasta los que nos imponen las Comunidades autónomas, y los que legisla el propio Estado, nos envuelven una serie de reglas y normas a las que por una razón o por otra estamos anclados.

Así, son las reglas del juego hoy día en nuestra sociedad. Es verdad que para poder entendernos unos y otros tenemos que ponernos ciertos límites, aunque para algunos la anarquía sea su estilo de vida.

Pienso que hay que buscar el término medio, y que la razón debe imponerse siempre, que ni la derecha, la izquierda y el centro están en posesión de la verdad absoluta. Que, aunque nos autoimpongamos unas normas de convivencia, es esencial que las distintas leyes refrendadas por el Estado sean tan independientes como nosotros mismos.

Nuestros representantes, aquellos en los que depositamos nuestra confianza, actúan a veces dejándonos de lado, no tienen en cuenta sus promesas, sus programas, y todo cuando expusieron en sus campañas electorales para pedirnos su confianza.

La subida indiscriminada del recibo de la luz, los esfuerzos para la creación de empleo, las ayudas a los más desfavorecidos, la educación y todos aquellos aspectos que hagan nuestra vida más favorable, nunca se llevan a cabo.

Una pandemia, un paro desorbitado, y unas pensiones que no casan con los trabajadores activos, en definitiva, hay que regular una serie de algoritmos que a corto o medio plazo nos faciliten la vida, la vida de aquellas personas que tienen que vivir, ir al médico, comer, sin ambigüedades.

Les prometo que la próxima vez entraré en aspectos más concretos, en aquellos problemas que nos acucian cada día, y dónde la educación, el trabajo, forman parte de nuestro futuro más inmediato, un futuro abierto a la esperanza.

 

Con afecto y respeto,

 

Pepe Bejarano

todomotornews@gmail.com

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