ETERNA PRIMAVERA
Vivir
la vida en una eterna primavera sería una apuesta ganadora, pero otros no dejan
que el aroma de las flores, el frescor de las plantas y
la luz del sol te despejen cualquier camino en la oscuridad, y se te incruste
en la piel alimentándote de vida.
A esto que yo llamo ganas de vivir, otros viven inmersos en un mundo de oscuridad, de pandemia constante, en un invierno infinito, sí, esas personas que ni viven ni dejan vivir.
A
los datos me remito:
Casi
2.900 conductores fueron denunciados dos o más veces en un mismo año por no
llevar el cinturón
A
pesar de las restricciones de movilidad por la pandemia, apenas disminuyó la
cifra de conductores reincidentes con respecto al año anterior.
Los psicólogos creen que este comportamiento en determinados
conductores puede asociarse a ciertos factores de personalidad, actitudes y nivel
de gestión del riesgo.
Un
dato preocupante si tenemos en cuenta que, de las 870 personas que fallecieron
en 2020 en accidente de tráfico en vías interurbanas, 125 no llevaba puesto el
cinturón de seguridad (26%), y de las 2.797 personas que necesitaron ser
hospitalizadas, el 15%, viajaba también si él.
Además
de la cantidad de vidas que el cinturón salva cada día (hay informes que hablan
de más de un millón desde su implantación en 1958), también reduce de manera
muy significativa la producción de lesiones y su gravedad.
El
cinturón de seguridad retiene y evita que el cuerpo humano se golpee contra
superficies duras en caso de accidente, por eso, cuando una persona no lo lleva
y viaja libre dentro del vehículo, sea cual sea el asiento que ocupe, un simple
frenazo provoca un desplazamiento del cuerpo, un choque contra el parabrisas o
elementos como el salpicadero o contra otro pasajero. A 50 km/h, el resultado
de una colisión es similar a caer desde un segundo piso.
De
hecho, el propio impacto puede provocar roturas en los órganos internos. Por
ejemplo, un golpe en el tórax puede fracturar las costillas y convertirlas en
cuchillas sobre los pulmones y el estómago, al igual que las arterias o la
vejiga, también pueden romperse por el impacto.
Todo ello sin olvidar las posibles lesiones en la columna vertebral con las
fatales consecuencias que estas tienen.
Por
el contrario, si llevamos de forma correcta el cinturón puesto, todos estos
traumatismos son prácticamente imposibles.
Si
se sabe que el uso de este dispositivo de seguridad es un seguro de vida, ¿por
qué sigue habiendo un porcentaje de conductores que no lo usa?
Es
verdad, que todos estamos sujetos a las divinas leyes de la naturaleza, pero
vivir de espalda a la realidad, en casos como el cinturón de seguridad, eso sí que es realmente ser negacionista, no
podemos vivir de espalda a la realidad, ponemos en peligro nuestra vida y la de
los demás.
Cada
vez estoy más convencido, que la realidad del comportamiento de una sociedad se
ve sobre el asfalto, comportamientos negligentes, egoístas, pícaros,
maliciosos, ladinos y, sobre todo, temerarios.
Es
una “fauna” que desgraciadamente vive en esta sociedad cada día más antisocial
por la forma en que se manifiesta, son actitudes al volante o sin él que se palpan a diario: no haciendo caso a las normas impuestas
para nuestra convivencia.
Y,
por estas y por muchas más razones, que ya les iré contando, me encantaría
vivir en una ETERNA PRIMAVERA.
Con
afecto y respeto,
Pepe
Bejarano
todomotornoticias@gmail.com
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