sábado, 6 de junio de 2020

LA ROTONDA


JUSTOS POR PECADORES



Durante el comienzo de la pandemia del Covid19, las bicicletas han tomado las calles, los parques y la carretera. No todos somos iguales, pero las normas de las distintas fases de la alarma decretada por el gobierno de España son para que todos las cumplamos sin excepción. Así debería de ser, pero yo les puedo asegurar que en el tema que nos ocupa en el día de hoy, no ha sido así.

El verdadero deportista siempre cumple las normas. El ciclista de verdad va siempre con la cabeza alta, y es digno del vehículo que lleva. Es cierto ─yo lo he podido comprobar─ no siempre ha sido así. He tenido la mala suerte de encontrarme con ciclistas que han hecho el ridículo más espantoso en los parques: zigzagueando entre las personas con su bicicleta, unos iban corriendo, otros andando y el fenómeno metiéndose entre ellos, pero no solo eso, sino, como si estuviera en un velódromo, a una velocidad impropia de un parque, donde en infinidad de ocasiones ponía en peligro la integridad física de las demás personas.


También he podido comprobar a aquellos individuos que se han desplazado por la ciudad entre las aceras y los carriles bicis. Creo que muchos de ustedes habrán podido comprobar con sus ojos que lo que estoy reseñando no difiere mucho de la realidad que han vivido. Ciclistas que no saben las normas de circulación por los carriles bicis, o las normas en general, tienen un artefacto con dos ruedas y hacen de su capa un sayo. ¡Vamos, que les da lo mismo las normas establecidas! Velocidad máxima, “a toda leche”, sin preocuparles los demás ciclistas que ocupan los carriles. Van de un lado para otro, utilizando indistintamente el carril bici, la calzada, las aceras, aunque puedan poner en peligro la seguridad de los peatones. ¡Claro, ellos creen que lo tienen todo controlado! hasta que se ven irremediablemente en la cama de traumatología de un hospital o, lo que es peor, mandan a un peatón en su lugar por su conducción temeraria. Pero, no se confundan, cuando vean a un ciclista con una espléndida bicicleta de carreras profesional, su vestimenta apropiada, casco, gafas, maillot de un potente club ciclista profesional, zapatillas profesionales y todo el vestuario y complementos al uso, no se fíen. Esos te los encuentras en los parques y en las carreteras, y hay muchos que dan el pego, pero nada de nada, “el hábito no hace al monje”.

Sí, estoy muy decepcionado con algunos ciclistas que han desempolvando su bicicleta y se han puesto a dar vueltas sin ton ni son, solo hay que verlos, como no guardan la distancia, ni vertical ni horizontal, meten la cabeza en el manillar como si fueran a ganar una meta volante y se pierden en sus propias pretensiones imaginarias, cual Contador, Indurain o Bahamontes se tratara. No tienen nada que ver. Son auténticos estúpidos del pedal y de la falta de seguridad vial.

No señores, la movilidad y el deporte son cosas distintas, pero ambas están sujetas a unos principios de sentido común.
Por mucho que usted se disfrace de ciclista con 150 kilos y se pavonee por delante de la prole, usted nunca será un verdadero ciclista por mucho que se meta entre la gente, o juegue a algo que le viene grande.

Sea responsable y seguro y cumpla las normas.

Por su seguridad y la de los demás, es importante que los ciclistas siempre respeten las siguientes normas:

  • Circular por la calzada en el sentido del tránsito, nunca de contramano. Si existe senda para ciclistas, circular por ella, no por la calzada.
  • Circular sobre la derecha
  • Hacer señales antes de maniobrar: al girar a la izquierda, a la derecha y para frenar.
  • Hacerse ver, iluminándose con ropas claras y materiales reflectantes (chaleco o cintas para el cuerpo y placas para las ruedas, ojos de gato, pedales y manubrio de la bici). Llevar las luces reglamentarias: blanca adelante y roja atrás.
  • Usar siempre casco para ciclistas.
  • No beber alcohol si se va a conducir.
  • Evitar cargar a acompañantes o cargas pesadas y/o voluminosas.
  • Evitar zigzaguear o hacer piruetas que puedan desestabilizar.
  • No tomarse de otro vehículo para circular.
  • No usar auriculares que disminuyan la audición y atención.
  • Prestar atención al estado del pavimento para poder evitar agujeros, depresiones, manchas de aceite, líneas pintadas, etc. De no poder evitarlos se los debe atravesar en línea recta para evitar desestabilizarse, también las vías férreas.
  • Disminuir la velocidad y adecuar el uso de los frenos cuando hay pavimento húmedo.
  • Mantener adecuada distancia de los demás vehículos circulantes y estacionados.
  • Mirar el interior de los vehículos estacionados para evitar tener problemas con puertas que se abren o arranques sin aviso.
  • Respetar todas las señales y normas de tránsito (especialmente, no olvidar la detención ante el semáforo en rojo y el respeto a la prioridad peatonal).
  • Mantener la bicicleta en buenas condiciones.
Y, sobre todo, utilice el sentido común, amiga o amigo. Hoy solo he querido retratar a esos personajes con los que nos hemos cruzado muchos durante estos días de alarma, sin duda, son los mismos que actúan de esta forma cuando no hay alarma, lo que ocurre es que estos fenómenos se han puestos las pilas después del confinamiento, aunque les auguro que se cansarán rápidamente y volverán a su redil.

Solo para acabar quiero alabar la labor de los verdaderos deportistas, cívicos y responsables que utilizan este medio de transporte para pasear o hacer deporte cumpliendo las normas de circulación y movilidad, para ellos mi mayor reconocimiento, para los otros mi repulsa, y espero que se hayan llevado más de una sanción que les haya bajado su subidito ego, y les recuerdo que van por mal camino. Aunque sospecho que no tienen remedio.

Amiga o amigo ciclista de verdad, mi aplauso es para ti, como habrás notado aquí no pagan JUSTOS POR PECADORES. Sabemos quién es quién.

Con mi respeto y afecto.

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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