JUSTOS POR PECADORES
Durante el comienzo de la
pandemia del Covid19, las bicicletas han tomado las calles, los parques y la
carretera. No todos somos iguales, pero las normas de las distintas fases de la
alarma decretada por el gobierno de España son para que todos las cumplamos sin
excepción. Así debería de ser, pero yo les puedo asegurar que en el tema que
nos ocupa en el día de hoy, no ha sido así.
El verdadero deportista
siempre cumple las normas. El ciclista de verdad va siempre con la cabeza alta,
y es digno del vehículo que lleva. Es cierto ─yo lo he podido comprobar─ no
siempre ha sido así. He tenido la mala suerte de encontrarme con ciclistas que
han hecho el ridículo más espantoso en los parques: zigzagueando entre las
personas con su bicicleta, unos iban corriendo, otros andando y el fenómeno
metiéndose entre ellos, pero no solo eso, sino, como si estuviera en un
velódromo, a una velocidad impropia de un parque, donde en infinidad de
ocasiones ponía en peligro la integridad física de las demás personas.
También he podido comprobar a
aquellos individuos que se han desplazado por la ciudad entre las aceras y los
carriles bicis. Creo que muchos de ustedes habrán podido comprobar con sus ojos
que lo que estoy reseñando no difiere mucho de la realidad que han vivido.
Ciclistas que no saben las normas de circulación por los carriles bicis, o las
normas en general, tienen un artefacto con dos ruedas y hacen de su capa un
sayo. ¡Vamos, que les da lo mismo las normas
establecidas! Velocidad máxima, “a toda leche”, sin preocuparles los demás
ciclistas que ocupan los carriles. Van de un lado para otro, utilizando
indistintamente el carril bici, la calzada, las aceras, aunque puedan poner en
peligro la seguridad de los peatones. ¡Claro, ellos creen que lo tienen todo
controlado! hasta que se ven irremediablemente en la cama de traumatología de
un hospital o, lo que es peor, mandan a un peatón en su lugar por su conducción
temeraria. Pero, no se confundan, cuando vean a un ciclista con una espléndida
bicicleta de carreras profesional, su vestimenta apropiada, casco, gafas,
maillot de un potente club ciclista profesional, zapatillas profesionales y
todo el vestuario y complementos al uso, no se fíen. Esos te los encuentras en
los parques y en las carreteras, y hay muchos que dan el pego, pero nada de
nada, “el hábito no hace al monje”.
Sí, estoy muy decepcionado con
algunos ciclistas que han desempolvando su bicicleta y se han puesto a dar
vueltas sin ton ni son, solo hay que verlos, como no guardan la distancia, ni
vertical ni horizontal, meten la cabeza en el manillar como si fueran a ganar
una meta volante y se pierden en sus propias pretensiones imaginarias, cual
Contador, Indurain o Bahamontes se tratara. No tienen nada que ver. Son auténticos estúpidos del pedal y de la falta de seguridad vial.
No señores, la movilidad y el deporte
son cosas distintas, pero ambas están sujetas a unos principios de sentido
común.
Por mucho que usted se
disfrace de ciclista con 150 kilos y se pavonee
por delante de la prole, usted nunca será un verdadero ciclista por mucho que
se meta entre la gente, o juegue a algo que le viene grande.
Sea responsable y seguro y
cumpla las normas.
Por su seguridad y la de los
demás, es importante que los ciclistas siempre respeten las siguientes normas:
- Circular por la calzada en el sentido del
tránsito, nunca de contramano. Si existe senda para ciclistas, circular
por ella, no por la calzada.
- Circular sobre la derecha
- Hacer señales antes de maniobrar: al girar
a la izquierda, a la derecha y para frenar.
- Hacerse ver, iluminándose con ropas claras
y materiales reflectantes (chaleco o cintas para el cuerpo y placas para
las ruedas, ojos de gato, pedales y manubrio de la bici). Llevar las luces
reglamentarias: blanca adelante y roja atrás.
- Usar siempre casco para ciclistas.
- No beber alcohol si se va a conducir.
- Evitar cargar a acompañantes o cargas
pesadas y/o voluminosas.
- Evitar zigzaguear o hacer piruetas que
puedan desestabilizar.
- No tomarse de otro vehículo para circular.
- No usar auriculares que disminuyan la
audición y atención.
- Prestar atención al estado del pavimento
para poder evitar agujeros, depresiones, manchas de aceite, líneas
pintadas, etc. De no poder evitarlos se los debe atravesar en línea recta
para evitar desestabilizarse, también las vías férreas.
- Disminuir la velocidad y adecuar el uso de
los frenos cuando hay pavimento húmedo.
- Mantener adecuada distancia de los demás
vehículos circulantes y estacionados.
- Mirar el interior de los vehículos
estacionados para evitar tener problemas con puertas que se abren o
arranques sin aviso.
- Respetar todas las señales y normas de
tránsito (especialmente, no olvidar la detención ante el semáforo en rojo
y el respeto a la prioridad peatonal).
- Mantener la bicicleta en buenas
condiciones.
Y, sobre todo, utilice el
sentido común, amiga o amigo. Hoy solo he querido retratar a esos personajes
con los que nos hemos cruzado muchos durante estos días de alarma, sin duda,
son los mismos que actúan de esta forma cuando no hay alarma, lo que ocurre es
que estos fenómenos se han puestos las pilas
después del confinamiento, aunque les auguro que se cansarán rápidamente y volverán a su redil.
Solo para acabar quiero alabar
la labor de los verdaderos deportistas, cívicos y responsables que utilizan
este medio de transporte para pasear o hacer deporte cumpliendo las normas de
circulación y movilidad, para ellos mi mayor reconocimiento, para los otros mi
repulsa, y espero que se hayan llevado más de una sanción que les haya bajado
su subidito ego, y les recuerdo que van por mal
camino. Aunque sospecho que no tienen remedio.
Amiga o amigo ciclista de
verdad, mi aplauso es para ti, como habrás notado aquí no pagan JUSTOS POR
PECADORES. Sabemos quién es quién.
Con mi respeto y afecto.
Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Solo comentarios relacionados con la información de la página.