sábado, 22 de febrero de 2020

LA ROTONDA


NI VIVEN NI DEJAN VIVIR



La importancia de ser responsables en sociedad. Hay mucho individuo que vive el día a día en su propio planeta. ¡Sí! No quiere saber nada de nadie, nada le afecta, y lo único que le preocupa son sus actos y, poco o nada, sus consecuencias.

Las normas societarias están prescritas para llevarlas a cabo, son algo que están ahí por algo, para hacernos la vida más fácil a todos.


Cuando usted se sube en un bus y lee que no puede hablar con el conductor, ¿por qué insiste y se pone junto a él, y no deja de darle conversación? Será porque el conductor debería estar atento a la conducción.

Si llega usted a una oficina y se encuentra un letrero que reseña: “Llame antes de entrar”, ¿cuántos empujan y entran sin llamar?

Hay conductores particulares que llevan un cartelito en su coche: “No fumar”, y lo primero que hace el amigo cuando entra en el vehículo es encender un cigarro.

Seguro que se habrá encontrado más de una vez en una pared este aviso: “Prohibido fijar carteles”, y contempla como toda la pared está repleta de carteles.

Desde que nos levantamos cada mañana, cada uno de nosotros nos autoimponemos todas aquellas actitudes que puedan molestar a los demás. Sabemos que las puertas y ventanas deben estar cerradas, pues bien, si nos encontramos la puerta de entrada de nuestro edificio abierta, no somos capaces de cerrarla, ni aunque nos lo indique un cartel.

Algo tan claro como no tirar papeles al suelo es algo que habitualmente, con carteles o sin ellos, siempre hay un personaje desinhibido que tira al suelo todo lo que tiene a mano: un cigarrillo, el papel de un caramelo. Le da exactamente igual.

Hasta ahora, les estoy poniendo ejemplos que podemos comprobar una y otra vez sin ninguna dificultad.

Ahora imagínense, por un momento, la cantidad de tropelías que se comenten en la vía pública:

Peatones que cruzan por lugares indebidos, conductores que estacionan no solo donde no deben sino además en lugares que están reservados para personas de movilidad reducida. El estacionamiento en boca de incendios, vado permanente, o en lugares donde están obstaculizado el paso de otros vehículos. Están a la orden del día. No se trata que como conductor tengas que conocer las señales que te prohíben una acción determinada, es que hay prohibiciones que dejan retratados especialmente a estos seres deshumanizados.

Por eso, es normal que nos encontremos a esta fauna especial que deambula por las calles cada día, y les importa un pimiento cumplir las normas básicas de convivencias que nos afectan a todos.
Sí algún día tiene tiempo, haga este ejercicio de observación, se pondrá las manos en la cabeza, desde un familiar suyo, amigo o vecino, hasta un niño, adolescente adulto o personas mayores, todos formamos parte de este grupo social que NI VIVE NI DEJA VIVIR, pero además hacen o dejan de hacer con toda naturalidad. Su famosas frase son: “no me he dado cuenta”, “andaba despistado pensando en otra cosa”, “solo han sido cinco minutos”, etc.

Lo dicho, es moneda de uso común encontrarse cada día con individuos que hacen que nuestra convivencia sea más difícil cada día.

Entre sanciones y observaciones directas, hagamos que se den cuentan de que todos vivimos en el mismo espacio si usted y ellos son muy diferentes del resto. Y perdóneme si usted se siente aludido, me doy por satisfecho si este artículo ha conseguido que uno de estos “despistados” vuelva a casa. La educación y el respeto por los demás hacen más fácil nuestra vida cada día en nuestra sociedad.

Con afecto y respeto,

Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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