LOS ÁNGELES DE LA CARRETERA
Mi memoria histórica pasa por
detenerme esta semana en la Asociación de víctimas de accidentes, que han
celebrado este mes, que se nos va de las manos, su decimoquinto aniversario.
Hoy quiero destacar la
trayectoria de esta asociación y su labor social, lágrimas esfuerzos, algunas
victorias y mucho trabajo.
Corría el año 2003 cuando un
grupo de víctimas de accidentes de Alcoy (Alicante) deciden constituirse en
asociación y crear así la Asociación para la Defensa e Integración de
Accidentados, que después se llamaría Asociación Estatal de Víctimas de
Accidentes, nombre con el que se conoció a la actual Asociación DIA hasta el
año 2016. Estas personas se dieron cuenta de lo desprotegidas que están las
personas después de sufrir accidentes. Después de un hecho así todo son dudas,
miedos, dolor, pérdida en el peor de los casos. Después de un accidente no
había nadie a quien acudir.
Las víctimas necesitaban no solo alguien que las escuchara, sino que
merecían una atención social, psicológica y legal profesional y especializada.
En la fase, justo después del accidente, la atención de profesionales
marcaba la diferencia para propiciar o no la estabilización de las personas,
por eso se puso en marcha la focalización en prestar este servicio tan
necesario.
Por parte de DIA, se ha realizado una intensa labor después de estos 15
años a nivel institucional, donde se pueden promover cambios, modificaciones y
mejoras para la reducción de la siniestralidad y la protección de las víctimas
de accidentes. De este modo, se han reclamado y defendido los derechos de las
víctimas buscando reuniones con la DGT, con los distintos partidos políticos,
promoviendo cambios legislativos y participando muy activamente en los medios
de comunicación, denunciando injusticias y estando presentes en los momentos
críticos.
Por tal motivo, todo esto se ha traducido en respeto y reconocimiento
declarado por parte de las instituciones, entidades, públicas y privadas,
empresas y por la opinión pública en general.
En
estos 15 años, se han gestionado miles de casos y se ha podido ayudar a muchas
víctimas y a sus familiares. Además, se ha realizado un gran esfuerzo de
concienciación y prevención de accidentes lanzando campañas de sensibilización,
educando en colegios, involucrando a las víctimas de accidentes y promoviendo
la normalización de la diversidad funcional.
En esta
última área se ha puesto en marcha el Programa de Inclusión Laboral
cofinanciado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e igualdad, la
Fundación ONCE y la DGT, a través del cual trabajando de manera conjunta con
empresas responsables y personas con diversidad funcional que buscan una
oportunidad laboral.
En 2012
se creó la fundación FUNDTRAFIC, para servir a la labor de prevención,
concienciación y trabajo con empresas de la labor de la asociación, focalizada
en las víctimas.
Fundtrafic
ha supuesto un nuevo impulso para la Asociación DIA, pues es un proyecto de
emprendimiento social que permite desarrollar programas con un alto impacto
social en colaboración con empresas, y a la vez obtener financiación para
programas destinados a las víctimas.
Todo el
esfuerzo invertido no ha caído en “saco roto”, hoy día la asociación se ha
convertido en un recurso realmente útil para las víctimas, familiares y también
para sus abogados, que encuentran muchas trabas en el camino para poder
defender dignamente a las víctimas frente a las aseguradoras.
Entre
los últimos e ilusionantes proyectos se están ultimando los preparativos, por
fin, en abrir una delegación para la atención integral a víctimas al lado del
Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, un lugar con el que se mantiene
una vinculación especial, y además es el destino de muchas de las víctimas con
lesiones graves en nuestro país,
Creo
que, para finalizar, este recuerdo no podía ser completo si no agradeciera a todas
las personas que forman y han formado parte de esta “gran familia” y que han
aportado su granito de arena; y a todos los profesionales que mantienen la
entrega y defienden todos los valores de rigurosidad, e independencia,
cercanía, compromiso, respeto, calidad, y trabajo en equipo, que han demostrado
a lo largo de los años hacia todas las víctimas y familiares que en algún
momento de su vida se han convertido en víctimas de accidentes de tráfico.
En 2017, se puso en marcha el
primer teléfono gratuito para víctimas y familiares: 900 90 77 11.
Con
afecto, y respeto,
Pepe
Bejarano
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