domingo, 8 de septiembre de 2019

CEDA EL PASO


                                                             LLEGÓ SEPTIEMBRE



Tras un atípico mes de julio —más de veinte días de alternativas olas de calor en el centro y norte de España, temperaturas suaves en lugares como Córdoba o Sevilla y una despedida con el termómetro por las nubes en todo el país, agosto se instaló entre nosotros con un moderado rigor canicular. La operación salida de este mes estuvo marcada por la tranquilidad, salvo el denso tráfico en los aledaños de Madrid y en las vías de las provincias de Barcelona, Valencia, Málaga, Cádiz y Sevilla. Aumentó el número de agentes y radares, los drones comenzaron a multar el 1 de agosto y tuvimos una buena noticia, disminuyó la siniestralidad…

…Se produjeron cerca de 50 millones de desplazamientos por carretera… Visitas familiares ineludibles reencuentros, tras un año de ansiada espera, fiestas patronales cohetes, fuegos artificiales, olor a cera, sonido de marchas procesionales, camino de ida y vuelta a la costa buscando el suave frescor de la brisa marinera y el bullir de los chiringuitos espetos de sardinas malagueñas, gambas blancas de Huelva, carne a la brasa, manzanilla de Sanlúcar, gélida cerveza, conversaciones amistosas, chapuzones en el agua salada del mar, bronceado de la piel…. Camiones y furgonetas de reparto, servicios sanitarios, feriantes con sus puestos y sus norias, músicos con sus instrumentos y sus equipos de megafonía, actores con sus variopintos vestuarios… Un ir y venir… Como todos los años.

El octavo mes de 2019 se despidió con temperaturas cercanas a los cuarenta grados a la sombra y con los últimos coletazos de tráfico intenso. Las carreteras eran un hervidero de vehículos que regresaban al hogar y, para colmo, los sindicatos de Renfe y Ryanair convocaron huelga… Terminaron las vacaciones para la mayoría, aunque un grupo menos numeroso se encaminaba a las playas, montañas o pueblos ancestrales, buscando el descanso de los últimos días del verano… Menos horas de luz, pero más tranquilidad. Fue un agitado fin de semana que despidió un mes y le dio la bienvenida a otro… Sábado agosteño y domingo septembrino.

Y así llegó septiembre, noveno mes del año en el calendario gregoriano, tiene treinta días y debe su nombre a que en el calendario romano era el séptimo mes, pues ese calendario solamente tenía 10 meses y el primero era marzo… Enero y febrero se incorporarían más tarde… Es el mes de la vuelta a la normalidad, a la tediosa rutina, según dicen algunos, a la bendita rutina, según cuentan otros… Son puntos de vista, diferentes actitudes. Afortunadamente, no existe la uniformidad de pensamiento, ni las experiencias son las mismas… Y cada persona mirará a este mes con el color de su propio cristal.

Con temperaturas muy similares a las de los últimos días de agosto, nos vemos inmersos en un trajín que ha permanecido aletargado durante los dos meses centrales del verano. Se reabren muchos pequeños comercios, compramos  la primera  remesa del material escolar para el próximo curso, acudimos al hipermercado para reponer las desnutridas despensas, a la peluquería para arreglarnos el cabello. En el parque o en las plazas, nos reencontramos con los que han vuelto de su descanso estival. El bronceado de rostros y brazos se pasea por la solería de las amplias aceras, contrastando con la blancura de la piel no curtida por la brisa marinera o la solanera campestre. Unos y otros llevan una prudente capa de protección solar.

El próximo martes, 10 de septiembre, comienza el curso escolar para los alumnos de Infantil y Primaria. Poco antes de las 9 de la mañana, presenciaremos el habitual desfile de escolares que se encaminan a su centro de enseñanza, asidos de la mano de sus ascendientes: padres, madres, abuelos o abuelas. ¡Qué buena oportunidad para dar una clase de Educación Vial! En ese trayecto, debemos aprovechar la ocasión para concienciar a los pequeños del correcto uso de los pasos de cebra, del respeto a las luces de los semáforos, de mirar antes de cruzar la calzada… Y los que llegamos hasta la puerta del colegio con el coche, también podemos transmitir actitudes responsables: evitando los estacionamientos en doble fila o en los pasos de cebra, prestando mucha atención cuando descendemos del vehículo… No olvidemos que los niños son más receptivos a las imágenes que a las palabras. Ellos, siempre, imitarán las conductas de los mayores, así que se nos presenta una situación coyuntural para dar a los pequeños un buen ejemplo… Y un buen ejemplo es el mejor regalo que podemos hacer a las personas queridas.

Con mis mejores deseos, saludos cordiales.
Fernando Monge
fmongef@gmail.com
8/septiembre/2019

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Solo comentarios relacionados con la información de la página.