sábado, 31 de agosto de 2019

LA ROTONDA


EL OLIMPO SOBRE RUEDAS





Grecia, un rincón en el mundo donde la fuente del saber emanó un chorro de conocimiento que ha desarrollado al ser humano a través de la historia.

No se olviden de este nombre, Una EOLÍPILA, es una máquina constituida por una cámara de aire (generalmente una esfera o un cilindro), con tubos curvos por donde es expulsado el vapor. La fuerza resultante por esta expulsión hace que el mecanismo comience a girar, según la ley de acción-reacción. Normalmente, el agua es calentada en otra cámara, y unida a la anterior mediante tubos por donde pasa el vapor, aunque también puede ser calentada en la misma cámara desde donde se expulsa el vapor.

La eolípila fue inventada en el siglo I por el ingeniero griego Herón de Alejandría. Está considerada como la primera máquina térmica de la historia. Durante mucho tiempo no fue científicamente estudiada, sirviendo solo de juguete o entretenimiento


Efectivamente, según explica Jason Torchinsky en el blog jalopnik.com, en el año 60 d.C., los griegos ya tenían la tecnología suficiente como para construir un automóvil, no en el sentido estricto del coche actual, pero sí en cuanto a la mecánica.

Tal y como explica el autor del post, en la época, los griegos ya tenían conocimientos matemáticos suficientes como para convertir la velocidad de rotación en algo útil, y Herón había utilizado en varias de sus máquinas sistemas de engranajes y relaciones de transmisión. Según Torchinsky, si Herón hubiera utilizado un sistema de correas y poleas lo suficientemente grande como para aguantar el peso de una estructura grande, la energía de la esfera giratoria montada sobre un conjunto de poleas en un eje central se habría traducido en una velocidad de rotación de la esfera capaz de mover un motor de manera similar a la de un coche.

Si los griegos habían sido capaces de construir carros a partir de una combinación de bronce y madera, solo faltaría un poco de hierro para los ejes y otros elementos resistentes y la estructura del vehículo estaría lista. La carrocería se limitaría a un frontal como el de una chimenea que funcionaría como escudo en el centro, y que serviría para separar al conductor del fuego, la máquina de vapor quedaría funcionando justo detrás.
Este escudo tiene un agujero de acceso por el que se podría ir alimentando el fuego que genera el vapor (y por tanto el movimiento) como si fuera combustible. Al hipotético coche griego pensado por Torchinsky solo le faltaría las ruedas, cinco en total, dos grandes traseras (para soportar el peso de la máquina de vapor) y tres pequeñas delanteras, que ayudaran a soportar el peso total del vehículo y le dotaran de mayor estabilidad.

 Pese a sus limitaciones físicas, el autor del post concluye que, de haber sido de interés, una cultura capaz de construir el Acrópolis no habría tenido muchos problemas en crear el primer coche de la historia, más o menos eficaz, a partir del invento de Herón.

El arte en general, se deja ver en cualquiera de los rincones de este paraíso europeo como es GRECIA, un lugar donde, la escultura de Mirón, la literatura de Esquilo, Sófocles y Eurípides, o los grandes filósofos, como Platón, Aristóteles o Sócrates.


Según el filósofo griego PLATÓN, y una de sus obras, TEORÍA DE LAS IDEAS:

Cada Idea es única e inmutable, mientras que, las cosas del mundo sensible son múltiples y cambiantes.
No me cabe, por lo tanto, la menor duda, que si la creación del coche ha podido tener lugar en algún lugar del globo, GRECIA podría haber sido el sitio idóneo.

Ahora desde la atalaya del tiempo, si el griego Herón levantara la cabeza estaría muy orgulloso de haber puesto la primera piedra de uno de los sectores más importantes de nuestra sociedad actual.

Con afecto y respeto,


Pepe Bejarano
todomotorsevilla@gmail.com

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