- Será una de las ediciones más difíciles de los 41 años de historia del mítico Dakar
- Un 70% del recorrido será sobre arena; 300 kilómetros diarios de media atravesando dunas
- El Rexton DKR a por todas; el Tivoli DKR ya demostró un magnífico comportamiento sobre arena
- El copiloto es como un portero de fútbol: “No ganamos los partidos, pero podemos perderlos”
La labor del copiloto en el
Dakar es casi tan importante como la del propio piloto y pocos como Diego
Vallejo saben desempeñarla de forma tan impecable. El gallego, que lleva
participando en rallys como copiloto desde 1989 y acumula 385 carreras a lo
largo de su dilatada trayectoria, se sienta a la derecha de Óscar Fuertes en el
equipo SsangYong Motorsport, siendo una pieza clave en la consecución del objetivo
de llegar a meta con el Tivoli DKR el pasado año. Vallejo es todo un triple
finisher del Dakar, y uno de los pocos copilotos que ha conseguido terminar
tres Dakares en tres participaciones, además lo ha hecho con tres pilotos y
tres equipos diferentes. Desde el próximo día 7, volverá a acompañará Óscar
Fuertes por segundo año consecutivo, con el objetivo no sólo de volver a llegar
a meta, sino de luchar por una mejor posición en la clasificación general.
Diego lleva meses analizando
el recorrido del Dakar 2019 y obteniendo toda la información posible, pero
antes de la carrera la organización sólo comparte el nombre de las poblaciones
de inicio y fin de cada etapa, además de los kilómetros recorridos cada jornada
y algunos datos superficiales del recorrido. De esta forma se aseguran de que
todos los participantes, compitan en las mismas condiciones, sin saber con
certeza a qué se van a enfrentar.
Más dunas que nunca
El Dakar 2019 se va a celebrar
de forma íntegra en Perú, con un recorrido en bucle que comenzará y acabará en
la capital del país, Lima. Aunque pueda parecer que al celebrarse en un solo
país, la aventura vaya a ser más fácil, los participantes coinciden en que va a
suceder todo lo contrario. Diego Vallejo, experto copiloto del equipo SsangYong
Motorsport, advierte que la edición de este año va a ser una de las más
difíciles. En total serán 5.000 kilómetros de recorrido, 3.000 de ellos
cronometrados, repartidos en 10 etapas. De acuerdo con la organización, el 70%
de todo el Dakar 2019 será sobre arena.
“Creo que va a ser un Dakar
muy duro, por la cantidad de kilómetros que vamos a hacer en arena con una
media de 300 kilómetros al día, más que nunca en el Dakar. Tantas etapas sobre
arena harán que la carrera sea muy lenta. Además, la navegación va a ser un
factor clave, ya que sabemos que gran parte del recorrido va a transcurrir por
el desierto”, ha señalado Vallejo, que también asegura que se hablará mucho de
las dunas y el “fesh-fesh”, que puede ocasionar más de un susto a los
participantes.
Las cinco primeras etapas del
pasado Dakar 2018 se disputaron en Perú y los participantes sufrieron en las
gigantescas e impredecibles dunas. La dupla Fuertes-Vallejo no fue una
excepción padeciendo la dureza del Dakar en estas condiciones, pero el buen
comportamiento de su Tivoli DKR fue clave para superar los numerosos
obstáculos.
El Dakar para los copilotos:
no hay preparación posible
Los pilotos y copilotos
disponen de muy poca información sobre el recorrido de la carrera antes de su
inicio. De hecho, prepararse para el Dakar es una labor casi imposible por la
escasa información entregada a los participantes antes de la carrera. Diego
Vallejo, copiloto de SsangYong Motorsport, confiesa que la única herramienta
que tiene para inspeccionar el terreno antes de llegar al lugar de celebración
el Dakar son los mapas. Lo que sí han podido hacer Fuertes y Vallejo es
prepararse físicamente mejor que nunca para afrontar en las mejores condiciones
una edición del Dakar que pondrá al límite su resistencia.
Este año, los entrenamientos
previos a la carrera también han sido al volante, ya que ambos han tenido la
oportunidad de completar seis jornadas de pruebas en Dubái, donde se han
enfrentado a dunas similares a las que se encontrarán en el temido desierto
peruano. Este entrenamiento hace apenas dos meses, ha sido clave para afrontar
el rally añadiendo 600 kilómetros extra de rodaje en dunas a la experiencia en
carrera del último Dakar.
Durante la carrera, los
copilotos cuentan como bien más preciado con el libro de ruta (roadbook), en el
que está marcado el rumbo que han de seguir los participantes para ir validando
cada punto de paso (waypoint) y algunos detalles, referencias y peligros. “Es
importante leerlo bien y ver con atención los avisos que te da la
organización”, asegura Vallejo.
Cada día, tras alcanzar la
meta de la etapa, los equipos reciben el “roadbook” de la jornada siguiente.
Muchas veces se ha revisar y preparar nada más terminar la jornada competición,
a altas horas de la madrugada, teniendo que elegir entre dormir y llegar
descansado a la siguiente jornada o acostarse a altas horas de la noche –o
incluso no dormir– para comenzar el día con el recorrido bien analizado.
“El copiloto es como el
portero de fútbol…”
Diego Vallejo conoce a la
perfección la labor de copilotaje de un coche de rallys y raid. El gallego,
nacido en Meira (Lugo) en 1973, ha competido desde que tenía apenas dieciséis
años. Desde el campeonato regional gallego hasta los campeonatos de España o
del mundo (WRC), Vallejo ha compartido coche con pilotos como su hermano
Sergio, Albert Llovera, Dani Sordo, Manuel Muniente, Ramón Ferreyros, José
López Rivas, Rubén Gracia y Óscar Fuertes.
“He conseguido mucho más de lo
que hubiese soñado de pequeño”, admite el copiloto, que cuenta con tres títulos
nacionales, dos de rallys de asfalto y uno de todoterreno. “En mi pueblo, de
pequeño, jugaba con la bicicleta soñando que estaba corriendo en el Dakar. He
estado ya tres veces y voy camino de la cuarta. Es algo que sueñas pero que
nunca piensas que te va a pasar. Siempre he tenido compañeros excelentes al
volante, lo que hace mi labor mucho más fácil”, señala Vallejo, que confiesa
tener una fantástica relación con su actual piloto, Óscar Fuertes, a quien
afirma haberle confesado secretos de su vida “que solo sabe él”. Son muchos
tiempos muertos, muchos enlaces y, en definitiva, muchos kilómetros y horas en
el interior del coche.
La labor del copiloto es a
veces poco agradecida, pues los titulares –sobre todo en los éxitos deportivos–
se los suele llevar el piloto. En este sentido, Vallejo piensa en que el
copiloto es como el portero de fútbol: “No ganamos los partidos, pero podemos
perderlos. Siempre estamos un poco en la sombra. Y al final un buen piloto con
un mal copiloto no es capaz de ganar, y al revés pasa lo mismo. Por muy buen
copiloto que sea, si no tengo un buen piloto no vamos a ir a ningún lado. Es
una labor de equipo”, reconoce.
En SsangYong Motorsport
Vallejo asegura no tener ese problema. “Óscar siempre me agradece todo lo que
hago, a veces pienso que demasiado”. Desde su llegada al equipo el año pasado,
Diego confiesa sentirse uno más de la familia y una pieza importante del
proyecto: “Me tratan muy bien y eso se nota a la hora de trabajar”. En solo
unos días estará luchando por volver a alcanzar la meta en el Dakar por cuarta
vez en su vida y por segunda vez a bordo de un SsangYong.
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