Ruedas, amortiguadores,
asientos o puertas se ponen a prueba de forma extrema antes de que un coche
salga al mercado
Estos tests sirven para
comprobar la resistencia de todas las piezas, la seguridad del vehículo o el
aislamiento del chasis
Las pruebas con prototipos
estudian también el desgaste de los materiales en los climas más adversos
La vida de las piezas de un
coche empieza con una tortura: 30.000 cierres de puerta, 20.000 roces de
asiento o 5.000 presiones por tecla. Son algunos de los tests más duros que
tiene que superar un vehículo antes de llegar a manos de su futuro conductor.
La mayoría de estas pruebas se llevan a cabo cuando el modelo es aún un
prototipo. Otras se realizan a toda la producción de serie, justo antes de que
salgan de la fábrica. El objetivo es garantizar la calidad y la fiabilidad de
las piezas así como el coche en su conjunto.
-Ruedas que dan cuatro vueltas
al mundo: Medio centenar de ingenieros testan los prototipos rodando más de
1.200.000 kilómetros al año en terrenos extremos, el equivalente a cuatro
vueltas al mundo. Las piezas tienen que resistir tanto el hielo de las
carreteras de Rusia como los 50 grados del desierto de Marruecos.
-3.000 km de impactos de
grava: Cientos de miles de fragmentos de
gravilla impactan contra los bajos del coche, el pasaruedas o el parachoque
durante la fase de desarrollo de un vehículo. El objetivo es ver cómo estas
partes resisten 3.000 kilómetros de circulación por un terreno irregular.
-20.000 roces por asiento:
Entrar y salir del coche 20.000 veces seguidas. Es lo que reproduce una máquina
que simula los roces que sufrirá el tejido sobre el que se sentarán el
conductor y los ocupantes. Además, se abate el asiento hasta 20.000 veces en cada
modelo de coche para comprobar su resistencia.
-Hasta 5.000 presiones por
tecla: Cada botón del vehículo tiene que transmitir sensación de calidad y
precisión al tacto que, además, debe ser el mismo en cada modelo que sale de
fábrica. Para ello, las teclas de la pantalla de navegación, de la radio o del
aire acondicionado se ponen a prueba apretándolas hasta 5.000 veces. El
departamento de Háptica -la ciencia del tacto- realiza estos tests tres años
antes de que el vehículo salga a la luz.
-30.000 cierres de puerta al
año: El sonido de las puertas es una de las primeras impresiones con las que se
quedará el futuro conductor. Por ello, se realizan 30.000 cierres al año para
estudiar que todos los modelos emitan un sonido corto y seco, sin rebotes, que
transmita sensación de estanqueidad.
-Una lluvia monzónica de 2.500
litros: Resistir una lluvia monzónica con 2.500 litros de agua, que se reciclan
en cada prueba, durante 10 minutos es uno de los tests que pasan los más de
2.200 vehículos que salen cada día de la línea de montaje. Cada uno tendrá que
superarlo para comprobar que el habitáculo es completamente estanco.
-2 millones de km testando el
vehículo: Revisar el funcionamiento de los frenos y comprobar que no existan
ruídos molestos es el objetivo de esta prueba, la última que pasan los coches
antes de salir hacia el concesionario. Los conductores que plantean el último
reto a los modelos recorren un total de 2 millones de kilómetros al año en un
circuito con desniveles, adoquines y seis pavimentos distintos.
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