De vez en
cuando nos aparecen datos y cifras chocantes. De estas cosas que vemos de
pasada pero que captan nuestra atención y automáticamente nos hacen volver a
girar la cabeza para comprobar si realmente hemos visto eso o no. Algo así nos
puede pasar con el porcentaje de conductores fallecidos en 2015 que habían
tomado alcohol, drogas o mezcla de ambas.
Parecía
que todo aquello de beber y conducir (o drogarse y conducir) eran cosa de
varios años atrás, de décadas incluso. Pero no. Según reflejan los datos de
2015, sigue siendo algo muy presente en la sociedad; tan presente como
preocupante. Una pena que hoy en día no nos hayamos dado cuenta de lo que
supone conducir después de consumir dichas sustancias.
Según los
datos publicados el pasado mes por el Ministerio de Justicia de España, en 2015
se realizaron 900 análisis toxicológicos a los conductores fallecidos en
nuestras carreteras. De esas 900 personas que se dejaron la vida en 2015
mientras conducían un vehículo, el 43 % había tomado alcohol (por encima de la
tasa de alcoholemia máxima permitida), consumido drogas o psicofármacos, o lo
habían combinado.
El
porcentaje de fallecidos en estas condiciones es muy alto, pero si seguimos
analizando nos podemos sorprender aún más. Nos llevamos las manos a la cabeza
todavía más porque el 70 % de esos conductores, que desgraciadamente perdieron
su vida, registraron unos valores superiores a 1,2 g/L en sangre.
Los
registros del Ministerio también ofrecen datos en los que podemos ver que una
buena parte de los conductores fallecidos que habían tomado alcohol o drogas
eran varones, con solo 23 mujeres fallecidas. Por otro lado, una gran parte
tenía una edad comprendida entre los 25 y 55 años.
Aparte de
los conductores de algún tipo de vehículo, no nos debemos olvidar de los
peatones. Vale que podemos estar en la calle y caminar después de habernos
tomado alguna bebida con alcohol de forma totalmente legal. Sin embargo, me
gustaría destacar que de todos los peatones fallecidos y analizados mediante
estudios toxicológicos el 46,3 % había tomado alcohol o drogas. ¿Esto qué
significa? Que 83 personas que fallecieron por atropello habían bebido o se
habían drogado.
Igual
algunos de estos atropellos no se hubieran evitado aunque el peatón no hubiera
tomado ninguna sustancia que alterase su estado; pero si pensamos en que bajo
los efectos de estas sustancias la percepción del peligro no es la misma, no
tenemos los mismo reflejos, aumenta nuestro estado de euforia, y un largo etc;
podemos llegar a pensar que igual ese peatón no se hubiera atrevido a cruzar
aquella calle con tanta valentía, o que se hubiera dado cuenta de que el
semáforo estaba en rojo.
Ya
sabemos que la única tasa de alcoholemia realmente buena es 0,0; pero los datos
que acabamos de describir nos reflejan que pese a que el alcohol y las drogas
matan al volante, seguimos sin verlo tan peligroso como realmente es. Las
autoridades realizan unos 6 millones de controles al año a conductores, y las
sanciones no son precisamente pequeñas; pero aun así nos encontramos con un 43
% de los conductores fallecidos bajo efectos de alcohol o drogas.
Tal vez
no todo esté en realizar controles de alcoholemia y de drogas los fines de
semana. Igual los de arriba deberían lanzar una “educación vial” para todos que
engloben tanto este tema de conducir bebido o drogado, como la conducción
temeraria o el no uso del cinturón de seguridad. De ser efectiva, no serían
prácticamente necesarios los controles rutinarios.
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