El
Departamento de Justicia de EEUU ha hallado pruebas criminales contra
Volkswagen (VW) en el trucaje de los motores diésel de la compañía y negocia
con la empresa un acuerdo extrajudicial, según asegura The Wall Street Journal.
El
rotativo económico indicó en su página web que el acuerdo entre las autoridades
estadounidenses y Volkswagen incluiría imputaciones y "multas económicas
significativas", aunque el Departamento de Justicia todavía no ha decidido
los cargos específicos que presentará contra la empresa alemana.
El
Departamento de Justicia podría decidir seguir la ruta adoptada en los casos
contra Toyota, por el escándalo de las aceleraciones involuntarias, y General
Motors, por el del fallo en el sistema de ignición.
En ambos
casos, los fabricantes aceptaron firmar acuerdos de casos judiciales
suspendidos con el Departamento de Justicia y pagar centenares de millones de
dólares en multas.
El
Departamento de Justicia también podría optar por solicitar a VW que se declare
culpable de las imputaciones que presente contra la compañía por la
manipulación de unos 600.000 motores para ocultar sus emisiones reales de
productos contaminantes.
No
obstante, cabe recordar que Volkswagen ya ha llegado a un acuerdo con las
autoridades medioambientales federales y del estado de California, así como con
los propietarios de los vehículos afectados.
Según
este acuerdo, el fabricante alemán pagará a todos los propietarios de vehículos
miles de dólares como indemnización por ocultar las emisiones de sus vehículos,
y reparará los vehículos afectados o los comprará a sus dueños. Además, VW
establecerá dos fondos medioambientales para reparar el daño causado por las
emisiones de los vehículos trucados. En total, la empresa se ha comprometido a
destinar unos 15.000 millones de dólares para cumplir el acuerdo.
La multa
que el Departamento de Justicia impondrá a Volkswagen todavía no ha sido
establecida. En el caso de Toyota, el fabricante nipón pagó 1.200 millones de
dólares en 2015 por la aceleración involuntaria, la mayor nunca impuesta a un
fabricante de automóviles. Por su parte, GM pagó 900 millones de dólares por el
defecto del sistema de ignición.
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