Tesla ha
pisado el acelerador y se revaloriza un 4,5% en 2016, en contraste con las
pérdidas del 7% que han sufrido sus comparables durante el período. Esta
situación ha llevado a que Tesla se convierta en la novena automovilística
mundial por capitalización, situándose, con sus 29.634 millones de euros, entre
Nissan y Audi, que capitalizan 36.782 y 27.151 millones de euros,
respectivamente.
Así, la
compañía dedicada a la fabricación de vehículos eléctricos entra en el top 10
de automovilísticas con mayor valor en bolsa. El ranking lo encabeza Toyota,
que capitaliza 177.174 millones de euros, seguido de Daimler -75.830 millones-
y Volkswagen, que cedió el segundo puesto tras el escándalo del Dieselgate y
cuenta con un valor en bolsa de 66.414 millones.
Ciñendo
el análisis al mercado estadounidense, la compañía presidida por Elon Musk se
consolida como la tercera más grande del sector, tan solo por detrás de General
Motors y Ford, cuya capitalización asciende a 43.904 millones y 43.743 millones
de euros, respectivamente.
Desde los
vehículos de lujo que producía en sus inicios, con unidades cuyo precio
ascendía a las seis cifras, Tesla ha modificado su estrategia para incluir
también entre su catálogo modelos más económicos, como es el caso del Model 3,
que saldrá a la venta a un precio de 35.000 dólares. Este cambio de rumbo de
Tesla ha tenido buena acogida en el mercado, tal y como evidencia el ascenso de
sus títulos, que suben un 20,7% desde 2015, cifra que contrasta con el descenso
del 8,2% sufrido por las acciones del resto de automovilísticas durante este
período.
Sin
embargo, las perspectivas de beneficios que manejan los analistas para el
próximo trienio todavía se sitúan lejos de los previstos para el resto de
firmas que copan el top 10 del sector. Las pérdidas de 260 millones de euros
sufridas en el segundo trimestre, más de tres veces superiores a lo esperado
por los analistas, refuerzan la previsión de que cerrará el ejercicio 2016 con
unas pérdidas de 261 millones de euros, según el consenso de mercado recogido
por Factset. Estas cifras contrastan con los 4.705 millones de euros de
beneficio neto que prevén los analistas para la japonesa Nissan, que la
antecede en el ranking, o los 6.721 que se barajan para Ford, la séptima
automovilística del mundo por valor en bolsa.
Objetivo
500.000 unidades
La
justificación a que la compañía se cuele entre los grandes por capitalización
pese a registrar unos resultados muy inferiores a las de sus competidoras se
encuentra en las previsiones de expansión del coche eléctrico y, dentro de este
segmento, de la propia Tesla. Su evolución en bolsa no se ha visto
correspondida con la consecución de unos buenos resultados, lo que ha provocado
que sus acciones cuenten con un PER -veces que los beneficios de la compañía
están recogidos en el precio de sus acciones- desorbitado de 121 veces para
2017, lejos de las 14 veces que promedian las grandes del sector.
Tras
recibir 350.000 peticiones de compra de su Model 3 Sedan en el mes posterior a
su presentación, la compañía se puso manos a la obra para incrementar la
capacidad de su factoría de Fremont, situada en California, para poder hacer
frente a una creciente cartera de pedidos. Así, Tesla prevé elevar el número de
vehículos entregados desde las 80.000 unidades en 2016 hasta las 500.000 que
prevé para 2018, lo que duplicará su facturación desde los 7.308 millones de
euros previstos para 2016 hasta situarla en los 14.610 millones en 2018. Este
incremento en ventas le permitirá salir de números rojos y, de este modo, registrar
un beneficio neto que los analistas cifran en 749 millones de euros para 2018.
Tan solo
el Model 3, su modelo más económico, generará unos ingresos adicionales de más
de 17.500 millones de euros en los próximos diez años y un beneficio bruto
-ebitda- de 4.400 millones, según detalló el propio Elon Musk.
En este
sentido, los planes de expansión de la compañía van a la par de las previsiones
de implantación del coche eléctrico en las carreteras. Tal y como señala un
informe elaborado por Bloomberg, en 2016 se venderán un total de 462.000
vehículos, lo que representa un 0,6% del total de unidades vendidas en el
mundo. Sin embargo, para 2040 se prevé que el número de coches eléctricos
vendidos ascienda hasta las 41 millones de unidades, casi 90 veces más. De este
modo, los autores del informe concluyen que, para entonces, uno de cada cuatro
vehículos en carretera utilizará la electricidad como fuente de energía, lo que
repercutirá en la marcha de otros sectores, ya que desde la firma se proyecta
una reducción de la demanda de crudo en 13 millones de barriles diarios a
cambio de elevar la demanda de electricidad en un 11%.
Sin
dividendos, por ahora
En línea
con la práctica seguida por algunas tecnológicas, Tesla todavía no ha repartido
dividendos entre sus accionistas en sus 13 años de existencia con el objetivo
de reinvertirlos en la propia compañía y financiar sus planes de expansión. Tal
y como figura en su web, la automovilística tiene la intención de "retener
los beneficios para financiar proyectos que permitan crecer", por lo que
no se prevé que esta situación se revierta a corto o medio plazo.
Buena
muestra de ello la encontramos en sus cuentas de 2015, en los que, pese a
cerrar con unas pérdidas de 889 millones de euros, la compañía decidió emplear 1.450
millones en nuevos proyectos de inversión, como la compra de nueva maquinaria
para su cuartel general de California. Este incremento en sus compras de activo
fijo fue posible gracias al aumento de su deuda neta, que se elevó en 973
millones de euros hasta instalarse en los 1.469 millones de euros.
Las
cifras de inversión para este año probablemente sean más elevadas tras abonar
un total de 2.200 millones de euros para llevar a cabo la compra de SolarCity,
una compañía dedicada a la instalación de paneles solares en hogares y de la
que Elon Musk es también el principal accionista. El objetivo de la firma es
que los conductores logren el autoabastecimiento eléctrico a través de las
placas solares situadas en lo alto de sus casas, lo que se prevé que genere
unas sinergias cercanas a los 135 millones de euros anuales.
El coche
más rápido del mundo
Los
planes de expansión de la compañía pasan, en buena medida, por lograr aumentar
la autonomía de los vehículos, ámbito que copa la atención de la cúpula de Tesla.
Buen ejemplo de ello es el modelo con el que se dio a conocer al gran público:
el Roadster. Lanzado al mercado en febrero de 2008, el vehículo podía recorrer
casi 400 kilómetros sin necesidad de ser recargado. Sin embargo, su versión
3.0, que salió al mercado a comienzos de 2015, contaba con una autonomía un 62%
mayor, al ser capaz de avanzar hasta 640 kilómetros con la batería recién
cargada.
La simple
publicación de un tweet de Elon Musk el martes, un día antes de la presentación
del modelo P100D, en el que anticipaba que la compañía lanzaría "un nuevo
producto", sirvió para catalizar las compras de sus títulos, que se
apuntaron una subida del 1,9% en la sesión.
De ahí la
buena acogida que tuvo en el mercado el lanzamiento de su nuevo modelo P100D,
cuya batería le permite recorrer 613 kilómetros sin necesidad de recarga y que
se convertirá en el más rápido del mundo, al ser capaz de pasar de 0 a 100
kilómetros por hora en apenas 2,5 segundos. El coche saldrá al mercado a un
precio de 135.000 dólares.
Un
recorrido alcista del 8%
Ni las
dudas sobre su adquisición de SolarCity ni la incertidumbre sobre la resolución
de la Administración estadounidense por el accidente de uno de sus vehículos
sin conductor que se saldó con una víctima mortal han frenado la evolución de
Tesla en bolsa. Sus títulos, que cotizan a 220 dólares, casi 15 veces más que
los 17 dólares a los que salió a bolsa en junio de 2010, ya se sitúan a sus
niveles pre Brexit. Sin embargo, este rally alcista no ha borrado el potencial
de revalorización de sus títulos, que actualmente se sitúa en el 8%.
Tras
perder el consejo de compra en marzo de 2015, la recomendación de los analistas
se ha movido en los últimos meses entre el vender y el mantener que ahora luce.
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