La empresa alemana de componentes Bosch ha decidido ponerse un reto más en
su carrera hacia el coche autónomo y ha comenzado a realizar
pruebas de conducción en carreteras abiertas en Japón. El país asiático supone
un desafío añadido en la automatización del automóvil pues la conducción por el carril izquierdo
incrementa la complejidad de las condiciones del tráfico, lo que aumenta
el nivel de dificultad a la robotización.
Todo esto permite
a Bosch ahondar en el desarrollo de todos los aspectos que rodean al coche
autónomo en el que Bosch trabaja aportando todas las tecnologías
necesarias, desde motores, frenos y dirección, hasta sensores, sistemas de
navegación y soluciones de conectividad con el entorno y dentro del vehículo.
Las carreteras
en las que Bosch está trabajando son las vías rápidas que rodean las ciudades
de Tohoku y Tomei, en las prefecturas de Tochigi y Kanagawa. Por supuesto estas tecnologías
son también analizadas en sus instalaciones de prueba sitas en Shiobara y
Memanbetsu.
Bosch ya lleva
desarrollando pruebas en carreteras abiertas al tráfico desde 2013, por ejemplo en la
autovía A81 alemana, así como en la interestatal 280 estadounidense, habiendo
completado más de 10.000 kilómetros sin haber sufrido ningún accidente. Más de 2.500 ingenieros de la empresa
trabajan en estos desarrollos tecnológicos.
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