La Navidad representa
uno de los grandes momentos de ocio del año, con días festivos y vacaciones
para salir, ir de tiendas, comer fuera o hacer turismo. Sin embargo, en muchas
ocasiones es necesario el coche para desplazarse y las calles y carreteras
tienden a congestionarse con facilidad. Y es que en Navidad no solo se escucha
de fondo la música de los villancicos, sino también la del claxon de los
coches. Si no quieres perder la paciencia en un atasco y ganarte en Reyes algo
de carbón, la plataforma internacional AutoScout24 ofrece una serie de consejos
para mantener la calma y no perder los estribos.
La paciencia es una
ciencia...
De la misma manera
que cuando entramos en un centro comercial hay que armarse de paciencia para
aguantar el trasiego y las largas colas, no está de más aplicar la misma receta
al volante. Y es que perder los nervios afecta a la manera de conducir, con
acelerones y frenazos o pitar de forma insistente para escarnio principalmente
de los peatones. La paciencia en estas fechas es más que recomendable y el
claxon no ayuda a que el tráfico fluya.
Máxima precaución en
la carretera
En épocas como la
navideña toca conducir por zonas por las que habitualmente no pasamos, máxime
si se está de visita en una ciudad. La combinación de carretera desconocida y
congestión de tráfico no es sencilla y, si no se conduce por el carril adecuado
y se aproxima la salida o la calle que debes tomar, nunca hay que intentar un
cambio brusco de carril, y mucho menos sin señalizar como es debido con el
intermitente. Es mejor pasarse la salida y buscar cómo posicionarse mejor en la
carretera para tomar la siguiente en vez de forzar un cambio de carril y
provocar un accidente que amargue la Navidad.
El coche, un refugio
para aislarse
En caso de temporal
invernal no queda otra que buscar refugio. Pongamos en práctica esto mismo en
un atasco y hagamos del coche una zona de confort donde aguantar hasta que el
tráfico fluya. Una música relajante o una charla amena son simples gestos que
pueden hacer que reine la armonía. También es fundamental regular el
climatizador del coche para que no supere los 22 grados.
Lo importante es
llegar
Ir de turismo, de
compras o a ver a la familia. Todos en la carretera tienen un destino, pero no
conviene obsesionarse con llegar a una determinada hora. Si hay tráfico y el
trayecto se alarga, conviene mantener la tranquilidad, pues lo importante es
llegar. En Navidad los únicos que tienen prisa por llegar son Papa Noel y los
Reyes Magos, pero ellos están a salvo de atascos.
Sin pisar a fondo
Cuando el tráfico
empieza a fluir, la impaciencia se agolpa en el pie derecho. Cuando la
carretera empiece a despejarse es conveniente acelerar poco a poco y no ponerse
a adelantar como locos y poner en riesgo la seguridad vial.
En definitiva, la
paciencia y la tranquilidad son innegociables en un atasco, y no solo en
Navidad. Los españoles suman al año de media 17 horas parados en su vehículo
por embotellamiento, según la consultora Inrix. Son 17 horas al año en las que
hay que respirar tranquilo y tomarse las cosas con calma. Nuestros nervios lo
agradecerán.
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