Hora punta, día laborable, largas colas… Este
escenario se repite a diario en muchas ciudades españolas en las que los
atascos son el modo de empezar y terminar el día de sus ciudadanos. Tanto es
así, que el español pierde de media al año 20 horas, casi un día completo, por
el abuso del coche como medio de transporte, según las estimaciones de la
Asociación de Empresas Gestoras de Transportes Urbanos Colectivos (ATUC).
Por ello, y con motivo del Día Mundial Sin Coche que
se celebra hoy, la asociación quiere concienciar de los beneficios que conlleva
para el ciudadano elegir el transporte público como medio de viaje, no sólo en
términos de tiempo, sino también económicos, medioambientales y hasta de
disfrute de la ciudad.
Pérdidas de hasta el 3% del PIB
El claxon no es el único problema que se encuentra el
ciudadano en un embotellamiento. Aunque no se pueda constatar, lo cierto es que
las congestiones de tráfico suponen pérdidas, en términos de tiempo, de más del
3% del Producto Interior Bruto (PIB). Una de las alternativas a estas
privaciones de tiempo es el transporte público, ya que a menor número de coches
mayor espacio público para la circulación.
Ahora bien, precisamente una de las quejas de los
usuarios es que el transporte público es más lento que el vehículo particular.
Tanto es así que según la encuesta realizada por el RACC, los viajeros que
acceden a Madrid y Barcelona le exigen al transporte público una velocidad de
entre un 15% y un 20% superior al vehículo privado.
Por eso, desde Atuc se pide un mayor compromiso a las
administraciones para mejorar las prestaciones del sistema actual. Una de las
medidas más eficaces sería la priorización semafórica, que permite que los
semáforos se vayan abriendo al paso de los autobuses para minimizar el tiempo
de viaje.
¿Beneficios medios ambientales? Sí, pero también
económicos
La baja calidad del aire es un foco de preocupación
cada vez mayor entre los ciudadanos y no es para menos teniendo en cuenta que
la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que la contaminación
atmosférica origina casi 600.000 muertes prematuras en Europa. A este respecto,
la polución es otro de los grandes problemas por no hacer un uso responsable
del vehículo particular, ya que el transporte supone casi el 70% del crudo
consumido.
Precisamente, el uso del transporte público evita la
emisión de 2,5 millones de toneladas de CO2 al año, lo que lo convierte en una
de las opciones más recomendables para mejorar la calidad del aire. Ahora bien,
reducir la contaminación no es sólo beneficioso en términos de salud sino
también económicos. España es un país con una gran dependencia energética,
tanto, que el 80% de la energía que se consume es importada. Sin embargo, la
reducción del tráfico privado evitaría la compra de 700 millones de litros de
combustible al año.
Una movilidad más saludable
¿Cuánto ejercicio realiza al día? Distintas
organizaciones, entre ellas la OMS, señalan que es recomendable cómo mínimo 30
minutos al día. Las obligaciones diarias muchas veces no permiten ese “culto al
cuerpo”, pero utilizar más el transporte público puede ser una solución ya que
exige al viajero una movilidad, ya sea ir andando a una parada o hacer un
transbordo en el metro (la falta de ejercicio aumenta el riesgo de obesidad y
enfermedades cardíacas, entre otros).
Asimismo, es una opción de movilidad más segura y las
cifras así lo demuestran. Por cada pasajero que recorre unos 2 kilómetros, la
tasa de mortalidad de tráfico del transporte público supone una décima parte de
la de los automóviles. De hecho, si se duplicase la cuota de mercado de este
modo de desplazarse, se podrían salvar 180.000 vidas en 2025, según las
estimaciones de la UITP.
Recuperación del espacio público
Pese a lo que pueda parecer, los coches invaden
demasiado espacio público, tanto que apenas un solo autobús ocupa veinte veces
menos. Aunque quizás lo más sorprendente sea que en cuestiones de
aparcamientos, los vehículos privados requieren un espacio 100 veces superior.
En este sentido, el 80% del espacio público de una
ciudad se dedica al tráfico, aunque con un mayor uso del transporte público la
superficie requerida sería mucho menos, pudiéndose dedicar más espacio, por
ejemplo, a vías peatonales y ciclistas. Y para muestra un botón: Un autobús
equivale a nada más y nada menos que 50 coches.
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