Una
hidratación insuficiente puede provocar las mismas reacciones al volante que
cuando se conduce bajo los efectos de determinados niveles de alcohol.
Parar a
descansar, pasear, hacer estiramientos y beber un refresco, mejora la atención
del conductor y reduce los síntomas de la fatiga en un viaje.
El RACE y la Asociación
de Bebidas Refrescantes (ANFABRA), en colaboración con la Dirección General de
Tráfico (DGT), celebran una década de la campaña "Un refresco, tu mejor
combustible", alertando sobre las consecuencias de la fatiga en la
conducción en especial en los desplazamientos largos, donde sus efectos pueden
hacer mella en la seguridad al volante. Los consejos de seguridad vial
ofrecidos a lo largo de estos años están consiguiendo resultados, aunque
todavía queda mucho por mejorar ya que existe un elevado porcentaje que
realizan largos viajes sin descansar.
Los meses de verano son los de mayor siniestralidad y donde hay que prestar
especial atención durante los trayectos. En este periodo de vacaciones se
esperan más de 81,5 millones de desplazamientos, en un momento marcado por el
fuerte calor. Precisamente es en estos viajes por carretera cuando resulta más
necesario combatir el cansancio y la somnolencia, y mantener un buen nivel de
hidratación para evitar sus riesgos.
En los desplazamientos largos existen ciertas variables que pueden afectar
a nuestra conducta al volante, como son los kilómetros recorridos, la
temperatura dentro del vehículo, los atascos, viajar tras una jornada de
trabajo... incrementando el riesgo de fatiga, y por lo tanto, la posibilidad de
generar situaciones de peligro en la carretera, tanto para el que la sufre como
para el resto de usuarios de la vía.
La fatiga se manifiesta con síntomas como la perdida de concentración,
picor de ojos, visión borrosa, parpadeo constante, necesidad de moverse en el
asiento, deshidratación y somnolencia. Sus consecuencias son una pérdida de
atención y un aumento del tiempo de reacción ante un obstáculo de un 86%. Por tanto,
es importante detectar los síntomas a tiempo y tomar las medidas necesarias
para evitar una situación que puede desencadenar un accidente.
Por este motivo, la Asociación de Bebidas Refrescantes, el RACE y la DGT
ponen en marcha una nueva edición de la campaña de prevención de la fatiga y a
somnolencia, "Un refresco, tu mejor combustible". Con el objetivo de
insistir en que disfrutar de los desplazamientos del verano es compatible con
conducir de forma segura y responsable, la campaña seguirá concienciando de una
forma amena. En esta ocasión, se ha contado con el conocido humorista Leo
Harlem, que protagoniza unos monólogos, en clave de humor, pero que recogen
unos consejos muy serios ya que la fatiga es la cuarta causa de siniestralidad
mortal en las carreteras: parar cada dos horas o 200 km en trayectos largos,
bajar del vehículo, realizar ejercicios de estiramiento y rehidratar al
organismo con un refresco, ya que reducen el cansancio y por tanto mejoran
nuestras condiciones para conducir.
La importancia de una buena
hidratación
Este verano está siendo uno
de los más calurosos en España desde 1920 y el que ha registrado más olas de
calor en los últimos 40 años. Por ello, es fundamental adoptar medidas de
prevención ante las consecuencias de unas altas temperaturas que no sólo están
presentes en la calle, sino también al volante. Los síntomas de deshidratación
aparecen relativamente pronto en viajes largos y especialmente en verano,
provocando la reducción de la atención, abotargamiento, sudoración, dolor de
cabeza, cansancio y fatiga muscular. El uso del aire acondicionado no evita la
aparición de estos factores, sino que puede resecar el ambiente, lo que también
genera sed, además de sequedad en la garganta y fatiga, sensaciones que pueden
afectar a la atención del conductor.
Según un reciente estudio de
la Universidad de Loughbourgh del Reino Unido, los conductores que viajan con
un nivel de hidratación insuficiente cometen los mismos errores que los que lo
hacen bajo los efectos del alcohol. Las pruebas, llevadas a cabo con
simuladores de conducción, muestran un riesgo para la seguridad vial que se
acentúa en los meses de más calor, coincidiendo con las operaciones de tráfico
de las vacaciones. Por todo ello, resulta aconsejable beber aunque no se tenga
sed, dado que esta sensación aparece cuando ya existe un cierto grado de
deshidratación. Las bebidas refrescantes son una buena opción al conducir, ya
que es más fácil beber cuando el sabor es agradable.
La campaña cumple 10 años
mejorando los hábitos de conducción
Los resultados de una década
formando a los conductores con nuestros consejos han favorecido el aumento de
las buenas prácticas en la conducción, aunque el riesgo de tener un accidente
por fatiga sigue siendo importante. Según los datos del Observatorio Español de
Conductores (DUCIT), el 48% no siguen recomendación de parar cada dos horas o
200 km. Además, aún existen 3,5 millones de conductores, equivalentes al 14%
del total, que declaran realizar sus viajes de verano sin llevar a cabo ningún
tipo de parada.
Además, el 72% de los
conductores declaran haber tenido episodios de sueño al volante en alguna
ocasión, junto con pérdidas de concentración en un 57% y visión borrosa en un
40%, lo que implica un riesgo demasiado alto para todos los usuarios de la vía
y que es el propio conductor el que debe ponerle remedio. El perfil del
conductor más habitual en estos desplazamientos largos corresponde a hombres, y
que en el 60% de los casos realizan el trayecto sin compartir la tarea de
conducir con otra persona. Esta situación es más acusada con grupos de edad más
mayores, especialmente por encima de los 55 años, lo que hace aún más necesario
si cabe realizar paradas.
Consejos para reconocer los
síntomas de fatiga al volante
Para evitar la aparición de
la fatiga, hay que tener en cuenta que conocer los síntomas es la mejor forma
de prevenirla. En largos desplazamientos hay que recordar tres reglas básicas:
parar al menos cada 2 horas, realizar estiramientos e ingerir un refresco, que
hidrata, no contiene alcohol y su contenido en azúcares aportará los niveles
necesarios de glucosa al cerebro para mantener su adecuada actividad.
Ponte en carretera
descansado: duerme un mínimo de 7 horas y evita viajes después de la jornada
laboral. Si, en cualquier caso, tuvieras que viajar tras el trabajo procura
descansar un rato antes del viaje y reponer energías.
Ajusta bien el asiento
(banqueta y respaldo), el reposacabezas y haz un reglaje en profundidad y
altura del volante. Viajar de forma cómoda reduce los calambres y los dolores
musculares
Tómate la conducción de
forma relajada y no intentes recuperar el tiempo perdido tras un atasco. El
objetivo es llegar, y llegar bien.
Adopta las mismas
precauciones al realizar desplazamientos cortos que en los de largo recorrido.
Tampoco bajes la vigilancia en los kilómetros finales. Muchos accidentes se
producen en estos momentos.
Durante el viaje, descansa
cada dos horas o 200 kilómetros y aprovecha para hacer unos estiramientos para
recuperar el tono físico. Reduce este plazo si viajas de noche.
Mantente hidratado, ya que
la falta de líquidos provoca, entre otras cosas, una reducción de la atención,
dolor de cabeza y cansancio muscular.
Un nivel bajo de azúcar
genera fatiga y falta de atención. Evita que ocurra durante el viaje.
Nunca bebas alcohol si vas a
conducir, y consulta a tu médico si tomas medicamentos.
Cuando pares, toma una
bebida refrescante ya que, además de hidratarte, ayudará a despejarte y mejora
los niveles de atención. Un refresco es tu mejor combustible... Quita la sed,
no los puntos.
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