La empresa de estrategia
empresarial IHS afirma que la venta global de vehículos alcanzará el máximo en la próxima
década. Según esta firma, la venta de vehículos en 2016 llegará a 100 millones,
mientras que la producción será de 120 millones de coches, casi el 50% más que
en 2013.
Será
el temido car peak, a partir del cual las ventas de
coches comenzarán a bajar. Se trata de una seria amenaza tanto para las
compañías fabricantes de vehículos como para los fabricantes de piezas y
compañías de combustibles, que tendrán que adaptarse a los nuevos tiempos y
nuevas necesidades. Según otro estudio, fabricantes como GM y Ford
tendrían que reducir la producción en Norteamérica hasta en un 68 y 58 %.
Las
causas son de sobra conocidas. A pesar del aumento de población, cada vez más
gente vive en las grandes ciudades, donde la concentración de
habitantes y la buena oferta de transporte público convierte al coche en un
engorro. Dificultad para encontrar aparcamiento, encarecimiento de los
combustibles, interminables atascos…
todos estos motivos, entre otros, hacen que el coche solo sea mantenido por
ricos, gente que lo necesita para trabajar y los apasionados.
Las
empresas de car-sharing, con webs y apps que permiten
encontrar gente que realice un mismo trayecto para compartir el coche, también
son una opción muy utilizada, incluso para realizar viajes largos.
Por
otro lado, la contaminación que cubre las ciudades del planeta
hace que los gobiernos cada vez estén más en contra, y por lo tanto pongan más
impedimentos (impuestos y prohibiciones), a la presencia de vehículos
particulares en ellas.
Además,
cada vez es menos común entre los jóvenes
sacarse el carné de conducir, ya sea por falta de interés, por
falta de recursos económicos o incluso por miedo (Ford ha publicado
recientemente un estudio que afirma que un 88% de los americanos menores de 34
años tienen más miedo de otros conductores que de la propia muerte o de hablar
en púbico). Esto reducirá la demanda de vehículos nuevos de manera
considerable.
Una
de las alternativas que tendremos en el futuro serán los coches autónomos. Esta
tecnología posiblemente abaratará los costes de compartir coche, reducirá el
tráfico y la contaminación. Hay ya estudios realizados (centrados en Singapur)
que indican que solamente se necesitaría un tercio de los vehículos para realizar el mismo número de
desplazamientos.
Es
por todo esto que las empresas del sector necesitan un cambio de mentalidad
para adaptarse a las nuevas necesidades, por ejemplo, creando coches que puedan
ser compartidos, mejorando los coches eléctricos. En el otro lado, las grandes
ciudades deberán mejorar sus infraestructuras, puesto que llegará un punto en
el que el transporte público pueda estar saturado.
Y
tú, ¿podrías vivir sin coche?
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