• Andy Green, que actualmente ostenta el récord mundial de
velocidad terrestre, pilota un F-TYPE R Coupé a la velocidad máxima de 299 km/h
para probar el sistema de despliegue de paracaídas del Bloodhound SSC.
• Esta prueba se inscribe en el objetivo de Jaguar para intentar
batir el record mundial de velocidad terrestre tras una prueba de alta
velocidad realizada en Sudáfrica en 2014.
• Jaguar se involucrará de pleno con el modelo Bloodhound SSC,
ofreciendo su motor 5.0 V8 sobrealimentado de 550 CV para alimentar la bomba
del oxidante del motor cohete.
Jaguar y el RAF Wing
Commander de las Fuerzas Aéreas Británicas, Andy Green, actualmente en posesión
del récord mundial de velocidad terrestre, llevaron a cabo pruebas esenciales
de despliegue de paracaídas a alta velocidad como parte del continuo apoyo
técnico brindado por la firma británica a esta singular y excepcional aventura
de ingeniería: diseñar un automóvil capaz de recorrer 1,6 km en tan solo 3,6 segundos.
El vehículo está propulsado
por un cohete adosado a un motor a reacción y pretende batir el actual record
de 1.227,98 km/h antes de intentar alcanzar los 1.610 km/h, que equivalen a
1.000 millas la hora. Cuenta con múltiples sistemas de frenado, incluyendo
frenos de aire (‘puertas’ montadas en el lateral del vehículo que se abren para
aumentar el arrastre aerodinámico) y frenos de disco (que se emplean al reducir
la velocidad a partir de los 322 km/h). Además, el piloto dispone de dos
paracaídas de reserva para tener la certeza de que el vehículo, con una
potencia de 135.000 thp (turbo de alta presión), reducirá la velocidad antes de
llegar al final de la pista de 19,3 km (12 millas) situada en Hakskeen Pan,
Sudáfrica.
A la hora de batir un
record, ser capaz de detenerse, con rapidez y de forma controlada, es tan
importante como la alta velocidad alcanzada. Tras la primera carrera, Andy
deberá parar el Bloodhound SSC exactamente delante del equipo técnico, que
estará esperando para preparar el vehículo para la carrera de regreso en la
dirección opuesta, debiendo realizar esta operación en el plazo máximo de una
hora. Cuando en 1997 se intentó batir el récord de velocidad, el equipo del
Thrust SSC no logró su objetivo por menos de 1 minuto ya que se empleó
demasiado tiempo en el cambio de dirección.
Para probar este sistema
antes de que el vehículo realice su primera carrera, Jaguar, uno de los socios
técnicos del proyecto, lo instaló en un F-TYPE R Coupé y condujo el automóvil
por una antigua pista militar a más de 290 km/h antes de abrir el paracaídas.
Green, que fue el encargado
de pilotar el automóvil durante la prueba, comentó: "El Bloodhound SSC
está equipado con frenos de aire y paracaídas para proporcionar una potencia de
frenado garantizada en todas las condiciones. Ambos sistemas son esenciales
para la seguridad y resulta imprescindible probar cada uno de ellos para tener
la certeza de que funcionarán sin problemas siempre que sea necesario.”
“Poder validar los sistemas
de paracaídas de un modo seguro y controlado utilizando un Jaguar F-TYPE de
alto rendimiento nos da una gran confianza, tanto a mí como al equipo de
ingenieros del Bloodhound."
La prueba se efectuó en la
antigua base de las Fuerzas Aéreas Británicas en Bentwaters, Suffolk, y para la
misma se utilizó un F-TYPE R Coupé con una luna trasera modificada y soportes
estructurales a través de los cuales se montaron directamente en el chasis del
vehículo los exclusivos paquetes en forma de lágrima de los paracaídas del
Bloodhound.
Green abrió el paracaídas
por medio de un botón instalado en el habitáculo, sometiendo al instante el
F-TYPE a una fuerza de arrastre equivalente a una tonelada, lo que le permitió
reducir de forma drástica la velocidad del automóvil antes de detenerlo de forma
controlada.
La estabilidad del F-TYPE
Coupé y su capacidad dinámica, alcanzará los 97 km/h en tan solo 3,9 segundos
con una velocidad máxima limitada a los 299 km/h, permitieron completar de
forma satisfactoria una prueba de vital importancia para el equipo del
Bloodhound SSC y el SES (especialista en paracaídas del Bloodhound) a la hora
de validar la secuencia del despliegue de una forma segura y controlada sin
utilizar el vehículo supersónico como tal.
Esta es la segunda prueba
que Jaguar ha llevado a cabo para el proyecto tras la realización, el año
pasado, de una prueba de comunicaciones con un All-Wheel Drive F-TYPE R Coupé
en Sudáfrica. Gracias a ella también se ha validado el diseño del paracaídas
drogue: un pequeño paracaídas accionado por resorte que despliega, infla y tira
hacia fuera el paracaídas principal.
Peter French, Chief Engineer
for Powertrain Systems de Jaguar Land Rover, declaró: “El motor 5.0 V8
sobrealimentado de 550 CV incorporado en el Jaguar F-TYPE R Coupé alimentará la
bomba del oxidante del motor cohete del Bloodhound SSC, lo cual constituye una
propuesta muy emocionante para Jaguar, que sigue apoyando el intento de batir
el récord mundial de velocidad terrestre.”
“El Proyecto Bloodhound
ilustra de un modo atrevido, sugerente y sorprendente la tecnología de
ingeniería de vanguardia. Hoy Andy ha realizado una labor excelente al volante
del F-TYPE y esperamos con ilusión seguir brindándoles a él y al equipo nuestro
apoyo en tierra cuando el Bloodhound SSC se disponga a realizar su primera
prueba próximamente este mismo año.”
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