Un pequeño homenaje de ASETRA a las mujeres que trabajan
en talleres
Y, como homenaje a todas las mujeres que trabajan en los
talleres, ASETRA ha visitado una empresa asociada, Talleres
Rodríguez-Izquierdo, que es gestionada por las hermanas Yolanda y Patricia
Rodríguez Izquierdo, hijas del fundador del taller. En las líneas siguientes
hablamos de su experiencia en el sector.
Lazos familiares
Como una buena parte de las mujeres que trabajan en los
talleres españoles, Yolanda y Patricia llegaron al sector por razones
familiares. Su padre, profesional de la carrocería de toda la vida, abrió su
propio taller en Villalbilla, localidad cercana a Alcalá de Henares, hace 20
años. Las opciones laborales que sus hijas, por entonces adolescentes,
barajaban no pasaban por la empresa familiar.
Los inicios
La primera que se incorporó fue Yolanda. Su padre la
necesitaba en la oficina. Tenía 18 años y no niega que le costó adaptarse.
Reconoce que hasta los 25 años siguió sin estar cómoda en el taller. ¿Qué fue
lo que cambió su percepción a partir de esa edad? “Hice un curso de peritación
en Cesvimap”, nos cuenta. En él descubrió que aquello era lo suyo. De hecho,
reconoce que la de perito es su
profesión favorita. Hoy, a los 36 años, es una experta en la valoración de
daños. Las compañías de seguros se lo reconocen con el respeto a sus
tasaciones.
Patricia, un año menor que Yolanda, llegó al taller un poco después. Venía de
trabajar en una tienda de moda, con poco sueldo y muchas horas empleadas,
incluidos las de fines de semana. Su padre le buscó un hueco lavando coches. Nadie
se preocupó de enseñarla a hacer otra cosa. Pero ella no perdía la ocasión de
observar cómo trabajaban los pintores. Y, un buen día, comenzó a hacerlo ella…
y se dieron cuenta de que lo hacía bien.
Desde entonces, tiene múltiples anécdotas que contar:
desde el día en que un cliente la felicitó por su trabajo después de confesarla
que había pasado la noche sin dormir al saber que su coche iba a ser pintado
por la hija del dueño del taller, hasta su experiencia de mujer embrazada que,
hasta los siete meses y medio de gestación, se metía en la cabina para seguir
desarrollando su trabajo. De momento, ese niño, que ahora tiene seis años, es
firme candidato a liderar la tercera generación de la familia con vinculación
al taller. Le encanta acompañar a su madre al taller.
Las circunstancias obligan…
Lo peor de todo este tiempo en el taller llegó hace tres
años. El padre de Yolanda y Patricia, su
referente y guía profesional, sufrió un grave infarto cardiaco. Durante quince
días se debatió entre la vida y la muerte en la UCI de un hospital. Y las dos
hermanas supieron lo que era la soledad. En las cortas visitas autorizadas por
los médicos, la obsesión del enfermo era preguntar a sus hijas si habían
encontrado un chapista que le sustituyera. Ellas le tranquilizaban diciendo
que habían tenido suerte al encontrar un excelente profesional de inmediato.
Pero no era cierto. Con lágrimas en los ojos, había que
seguir trabajando desde el primer día para que la empresa no se resintiese,
para que los clientes no notasen una ausencia tan grande. Haciendo lo que
fuera: con el trabajo de ambas en las áreas de chapa y pintura (Patricia) o peritando y atendiendo
a proveedores y clientes (Yolanda). Lo importante era seguir prestando
servicios a los clientes con la máxima calidad, como si no hubiera ocurrido
nada.
A consecuencia de ello, el padre se jubiló. Y “Talleres
Rodríguez Izquierdo” se convirtió en el “taller de las niñas”, como se les
conoce en la zona. Hoy día, un 60 por ciento de su clientela son mujeres: “Se
sienten cómodas cuando llegan a nuestras instalaciones”, indican.
En el taller comparten horas de trabajo con dos
compañeros, ambos hombres, un chapista y un pintor. Forman un equipo unido, con
una relación estupenda. “Estamos satisfechas porque, a pesar de la crisis,
hemos logrado mantener nuestra actividad en un nivel razonable. Trabajamos
mucho y mantenemos una estupenda relación con proveedores y clientes. Nuestra
filosofía se resume en que “somos legales y leales”. Nos va bien así. Nos
enorgullece el reconocimiento y el respeto de Avis y Mutua Madrileña, nuestros
principales clientes”.
Y para terminar, y en el marco del “Día de la Mujer”, las
hermanas Rodríguez Izquierdo rinden homenaje a su madre, “la persona que más
satisfecha y orgullosa está de lo que hemos conseguido”, señalan.
A ellas y a las miles de mujeres que contribuyen hoy con
su trabajo a la mejora del sector
!Feliz día!
La Junta Directiva y el equipo de trabajo de ASETRA
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