sábado, 26 de abril de 2014

CLAVES PARA UNA CONDUCCIÓN EFICIENTE






Junta de la culata: al pisar el acelerador a fondo sube mucho la temperatura y hacer que se deforma. Y ojo, que una nueva puede llegar a los 3.000 euros.
  • Bielas: Con el acelerador al máximo y a pocas revoluciones, el combustible se inflama antes de lo debido y el pistón tiene que  bajar antes de llegar al final de su recorrido. Esto somete a un gran estrés mecánico a los cojinetes de la biela y del cigüeñal. En casos muy extremos puede partir la biela, agujerear el bloque y arruinando completamente el motor. El coste del arreglo se dispara.
  • Desgastes en el cilindro: A pocas vueltas y pisando a fondo, el pistón oscila en lugar de subir y bajar recto, lo que aumenta la fricción, el desgaste y la temperatura. Además, la bomba de aceite y la del agua mueven menos caudal.

En los motores diésel estos problemas se agravan, ya que generan más suciedad y los conductos se van obstruyendo… Si se localiza a tiempo puede bastar con limpiarlo, pero demasiado hollín puede acabar haciendo fallar el turbo (una pieza delicada, y sustituirla es caro). También pueden causar fallos en los filtros y acaba disparándose el consumo de combustible

¿Significa esto que no conviene realizar una conducción para ahorrar? En absoluto. Lo que conviene es realizarla bien. El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), sí, los mismos del Plan PIVE, aseguran que se puedes ahorrar un 25% de combustible (lo normal es un 10-20%) y emitir hasta un 78% de monóxido de carbono (CO), un 63% de hidrocarburos y un 50% de óxidos de nitrógeno (NOx). La contaminación acústica también disminuye: un coche a 4.000 revoluciones por minuto hace el mismo ruido que 32 coches a 2.000 rpm.


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El IDAE reconoce que, si se lleva al extremo, la conducción eficiente puede ocasionar averías graves. Por eso ha difundido las diez claves para hacer una conducción eficiente:

Utilizar bien las marchas:  Tras meter la primera marcha, acelera de forma suave y cambia a segunda a los dos segundos o a unos seis metros de trayecto recorrido, porque es la que más consume. Después el IDAE recomienda circular en la marcha más larga posible… Pero no llevar el coche ahogado, para evitar las averías antes descritas. Si para mantener la velocidad hace falta pisar el acelerador más de las 2/3 partes de su recorrido, baja de marcha.
Usar bien el embrague: No debería utilizarse para frenar ni para encender el motor. La transición de marchas debe ser rápida, sin bajar más de 400 rpm en el cambio.
Mantener una velocidad uniforme: Acelerar y frenar de forma constante no es bueno para el vehículo y consume mucho combustible. Y ojo, que el consumo se dispara a partir de 100 km/h.
Actuar con anticipación y frenar con el motor: Aprovecha las inercias y frena suave (no esperes hasta el final para clavar los frenos. Y reduce con las marchas engranadas (freno motor). No se debe bajar una pendiente en punto muerto, porque consume combustible y es peligroso (desgasta los frenos). Antes de entrar en una curva, hay que levantar el pie del acelerador y, si fuera necesario, reducir de marcha. Una vez en la curva, se debe mantener la velocidad con el pie estable en el acelerador. En las caravanas es mejor circular sin acelerones ni frenadas. Con una marcha engranada, sin pisar el acelerador y a una velocidad superior a 20 km/h, no hay consumo de carburante.
Mantener una temperatura interior adecuada: En invierno no hace falta ir en manga corta y en verano se puede ir a 24ºC. No hay que abrir las ventanillas a alta velocidad, porque se produce una mayor resistencia al aire y un mayor consumo de carburante, ni abusar del aire acondicionado.
La importancia de los neumáticos: las ruedas son responsables de hasta el 20% del consumo de combustible. Su falta de presión aumenta el gasto tanto que ahora los coches nuevos deberán contar con sensores de presión obligatoriamente.  El IDAE recomienda usar neumáticos de calificación energética A, que ahorran medio litro de combusti por cada cien kilómetros en un coche con un consumo de siete litros por cada cien kilómetros, según un informe del Real Automóvil Club de Cataluña RACC y Michelin).
Mantenimientos periódicos: mantener los niveles y filtros ahorra combustible y reduce las emisiones contaminantes, mientras que detectar posibles fallos puede evitar averías más graves. Estas son las 10 claves del mantenimiento del coche.
No sobrecargar el vehículo: llevar más peso del necesario o distribuir mal la carga incrementa el consumo. Tener una baca con equipaje puede aumentar el gasto hasta un 39% a una velocidad de 120 km/h. Lee nuestros consejos sobre cómo cargar bien el coche.
Apagar el motor: un coche detenido con el motor encendido consume hasta 0,7 litros/hora. Si se está parado más de dos minutos (si el automóvil tiene más de diez años, menos de dos minutos), hay que apagarlo, una práctica que se puede hacer de forma frecuente sin perjudicar el motor, según el IDAE.

Qué coche elegir: Uno que priorice la conducción eficiente: algunos modelos indican el momento óptimo del cambio de marchas, paran el motor cuando se detiene el vehículo…

Fuente: IDAE, Autoocasión.

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