"Las
Leyendas de Bugatti" es una serie de modelos que Bugatti decidió crear
sobre la base del Grand Sport Vitesse y en honor de varios personajes o coches
relevantes de su historia. Todos los hechos hasta ahora han volado,
literalmente, de sus manos. Incluso cuando su precio supera los dos millones de
euros, de tal manera que la cuarta entrega desvelada en el Salón de Ginebra y
denominada Rembrandt Bugatti en honor al hermano pequeño de Ettore, fundador de
la compañía, apenas duró unos días.
Ahora,
coincidiendo con el Salón de Pekín, será el turno del Black Bess, un coche con
el que se revive la leyenda del Type 18 Black Bess, quizás el más claro
precursor de lo que hoy supone el Veyron: un purasangre sobre ruedas que se
coloca un paso por delante del resto.
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Así
ocurrió con el modelo original, del que sólo se construyeron siete unidades
entre 1912 y 1914. Propulsado por un motor de cinco litros y 100 caballos, era
capaz de alcanzar los 160 km/h, toda una hazaña para su época y que le sirvió
para alcanzar importantes victorias deportivas.
Una
de ellas, la subida al Mont Ventoux en Francia, con el propio Ettore Bugatti a
los mandos, llamó la atención de Roland Garros, hoy conocido por el torneo de
tenis que lleva su nombre, pero entonces un pionero de la aviación que vio en
el Bugatti el modo de desplazarse por tierra tan rápido como por el aire.
En
1913, Bugatti decidió venderle uno de esos coches, que es el que recibió el
apodo Black Bess en honor a un reconocido caballo de carreras británico, y es
una de las tres unidades que se conservan de las siete iniciales.
Cedido
por su dueño, un coleccionista holandés, el coche primigenio y el Veyron que le
honran compartirán el stand de la marca en Pekín. El modelo actual tiene una
carrocería construida de forma íntegra en fibra de carbono y pintada en negro,
como el coche de 1913. El toque más exclusivo lo ponen algunos elementos que
han sido recubiertos en oro de 24 kilates, como la herradura que enmarca la
parrilla, y destaca la decoración de un interior recubierto de forma íntegra en
piel.
Bugatti
afirma que los procesos de tratamiento de esa piel son únicos, ya que han
permitido que las decoraciones sean hechas a mano pero una imprimación
posterior permite que aguanten las abrasiones y el roce sin perder el dibujo.
Por
lo demás, esta quinta serie especial comparte la base mecánica con las
anteriores. Tampoco creemos que nadie ponga objeción ya que se trata de un
conjunto formado por un bloque de ocho litros y 16 cilindros que entrega 1.200
caballos de potencia trasladados al asfalto a través de un sistema de tracción total.
Vamos, lo suficiente y necesario para que esye modelo se lance hasta los 406
km/h de velocidad punta y que pueda acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos.
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