lunes, 15 de julio de 2013

RECICLAR TIENE PREMIO: OBTENER UN LITRO DE GASOLINA POR CADA KILO DE PLÁSTICOS

La abundancia de plástico en la vida cotidiana y la dificultad que éstos presentan para ser degradados suponen una gran amenaza para el medio ambiente. Pese a todo, hay mucha gente que aún no está suficientemente concienciada de la importancia del reciclaje pero, ¿y si por contribuir a su reutilización obtuvieran una compensación económica?

Ése es el objetivo que persigue la compañía Rever Spain, que ha desarrollado una máquina capaz de convertir desechos plásticos en hidrocarburos con una equivalencia aproximada de un litro por cada kilo, salvo cuando aquéllos se compongan de polietileno de baja densidad (bandejas de corcho, por ejemplo), en cuyo caso el rendimiento de la conversión cae hasta el 80%. 



El plástico está fabricado artificialmente a base de petróleo, por lo que mediante un proceso reversible consistente en una pirólisis (combustión sin oxígeno a entre 400 y 500 grados), Rever es capaz de romper su cadena molecular hasta convertirlo en un gas que, al enfriarse, torna en una mezcla de gasolina, diésel y queroseno.

La idea y la tecnología no son nuevas. La innovación, lo pionero, cuenta Daniel López, de Rever Spain, es haber logrado que sea eficiente: para cada litro de combustible sólo son necesario 1,2 kW de potencia eléctrica, lo que supondría un coste de aproximadamente nueve céntimos de euros; además, ha conseguido estabilizar sus emisiones en una media un 80% por debajo del máximo permitido por la normativa.


El combustible resultante puede ser empleado para alimentar desde la caldera de un hogar hasta motores de combustión de coches, barcos... Eso sí, en el caso de que dicho propulsor sea de gasolina (apenas suponen un 30% del parque automovilístico español, frente a más del 65% de diésel), el producto resultante debe pasar por un proceso de destilación antes de poder ser utilizado. Para mecánicas de gasóleo, en cambio, el aceite mixto, como se denomina a la mezcla, puede ser utilizado directamente, pues sale bastante refinado y con un octanaje muy similar al que comercializan las gasolineras.
No apto para particulares...
De este modo, cualquier empresa o particular puede instalar una de las máquinas comercializadas por Rever, que no precisan más que de la limpieza de un filtro cada varias semanas como único mantenimiento, y beneficiarse del reciclado de los plásticos, obteniendo a cambio combustible. Sin embargo, esta tecnología no está concebida, en principio, para una persona o familia -las máquinas más pequeñas son capaz de convertir 240 kilos de plástico diarios, por lo que al no alcanzarse ese volumen de desechos, tardaría mucho en ser amortizada y se perdería dinero-, sino más bien para compañías recicladoras.

Éstas acostumbran a quemar todos los plásticos que no son reutilizables y pierden una gran cantidad de dinero en su transporte. Sin embargo, con las máquinas de Rever, la mayor de las cuales tiene una capacidad de generar hasta 8.000 litros de combustibles diarios, éstas no sólo se ahorrarían esos costes, sino que además podrían obtener réditos de tales desechos mediante la venta del producto resultante.

Otra opción intermedia podría consistir en el acuerdo dentro de una comunidad de vecinos o cooperativa para la adopción de esta tecnología, con el fin de que dar salida al volumen total de desechos plásticos acumulados; siempre, eso sí, que éste alcanzara el mínimo de los 240 kilos. El combustible extraído de dichos plásticos sobrantes iría destinado a aplicaciones comunes tales como, por ejemplo, una caldera central de una finca. Porque un factor importante que debe tenerse en cuenta es que este tipo de procesos de obtención de combustible sólo queda libre de impuestos siempre que el producto sea utilizado exclusivamente para abastecimiento propio, nunca para ser comercializado.

... Salvo que exista una empresa que ofrezca el servicio
Pero aún hay otro modelo que ha empezado a explorar ya alguna empresa. Consistiría en instalar una máquina en un local donde los particulares pudieran llevar sus kilos de plástico y obtener sus litros de combustible equivalentes; lo único que cambia, en este caso, es que además del plástico, el cliente debería pagar una pequeña contraprestación a la empresa en cuestión que cubriera los costes del proceso y sus márgenes, cifra que, según estimaciones de Rever Spain, rondaría entre los 15 y los 30 céntimos. Es decir, teniendo en cuenta los 1,35 euros que ronda el coste del litro de gasóleo actualmente, un usuario podría ahorrar un euro por cada litro de diésel para su automóvil particular.

Este plan de negocio resulta muy prometedor, toda vez que la misma empresa se encargaría de destilar el combustible resultante para dar gasolina a los clientes que la demandaran y podría añadir también los aditivos artificales (entre dos y cinco céntimos por litro) que llevan los carburantes comerciales y que, aunque no son indispensables, sí son recomendables para su uso en motores de combustión.

Argumentos para los más escépticos
Uno de los principales inconvenientes de esta tecnología es el gran espacio que precisan de un gran espacio para poder ser instaladas. Por ejemplo, el menor de los cuatro tamaños en que se ofrecen las citadas máquinas.-capaz de obtener 240 litros de hidrocarburos diarios- ocupa en torno a 2 metros cúbicos, pero ese volumen requerido aumenta exponencialmente hasta los 16 metros cuadrados que necesita la máquina de mayor tamaño, de 8.000 litros diarios.

De este modo, si se extendiera su tecnología, Rever Spain contribuiría de forma notable a la conservación del medio ambiente mediante un incentivo de ahorro en el consumo energético que puede llegar incluso a niveles de autoabastecimiento en grandes empresas y comunidades de individuos.

Y para los más escépticos, que puedan pensar que el lobby de las petroleras pudiera frenar el desarrollo de esta tecnología, Rever Spain también tiene una respuesta. Según la normativa europea vigente, los productores de materiales plásticos -en primera instancia, las refinerías petrolíferas- son los responsables del destino de sus desechos, por lo que para estas empresas no sólo es positivo el modelo que propone Rever, sino que, según López, por responsabilidad social corporativa y dado lo imposible de que ello le genere competencia, estarían incluso moralmente obligados a patrocinar la retirada y el reciclaje de esos residuos plásticos.

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