El negocio de las ITV, cuestión de permanente polémica y
servicio que las comunidades autónomas sacan a concurso puede que en un futuro
y no muy lejano sea una competencia que se destine a talleres y concesionarios
para ofrecer una buena posibilidad económica además de una oportunidad de oro a
un sector que está viviendo especialmente días difíciles con la crisis.
La visita obligada que todo conductor debe realizar
periódicamente para comprobar que el funcionamiento de su vehículo es el
correcto y más seguro para circular en las carreteras, podría ser una solución
que el Gobierno baraja en un futuro para aliviar las consecuencias económicas
derivadas de la crisis, que padecen en estos momentos tanto talleres como
concesionarios.
Un servicio que funciona según lo estimado por cada
comunidad autónoma que cuenta con un número determinado de centros homologados
destinados a pasar la ITV de los vehículos. Este hecho siempre ha estado
rodeado de polémica al existir grandes diferencias en los precios según el
lugar geográfico en que uno haga la revisión de su vehículo, además de por los
distintos casos de corrupción y amiguismo de los que reciéntemente se han hecho
eco los diversos medios de comunicación.
Todo esto unido al motivo económico, podría estar
animando al Gobierno a terminar con el monopolio de las ITV para ofrecer estas
competencias tanto a talleres como a concesionarios, teniendo muy en cuenta que
esto es un negocio que mueve 500 millones de euros anuales y que supondría
abaratar este servicio, además de aliviar la delicada situación financiera de
estos dos sectores.
Una posibilidad en el aire que puede terminar siendo una
medida de futuro aunque todavía haya muchas incógnitas que despejar y confirmar
aunque su remota probabilidad con toda seguridad será objeto de debate y más
cuando sobrevuelan multas de tráfico tanto si se circula como si no, por no
pasar la famosa ITV.
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