El pasado fin de semana se ha celebrado en el recinto
ferial de Madrid la cuarta edición de ClassicAuto, un salón internacional
dedicado al mundo de los coches clásicos que cada año va creciendo en
popularidad y que ha conseguido ya situarse entre los más importantes de
Europa.
Porsche Ibérica ha tenido una presencia destacada en
ClassicAuto 2013, donde ha expuesto una interesante colección con las siete
generaciones del 911, el icono de la marca que celebra este año el 50ª
aniversario de su nacimiento. Además, en la jornada del domingo se convocó una
concentración Porsche para todos los modelos de la firma, tanto clásicos como
actuales y, una vez más, la respuesta fue arrolladora: nada menos que 470
clientes se presentaron con sus vehículos, dando muestra del entusiasmo con que
los propietarios acogen cualquier iniciativa en la que puedan participar con un
coche del que se sienten orgullosos.
Auténticas joyas, como algunas unidades de los primeros
911 impecablemente mantenidas, se mezclaban con los modernos Panamera y
Cayenne, sin olvidar al resto de deportivos de la gama actual, los Boxster,
Cayman y el propio 911, o algunos automóviles que fueron una revolución
tecnológica en su época, por ejemplo, el Porsche 928.
Los porschistas pudieron disfrutar contemplando la
evolución experimentada por el 911 en estos 50 años de historia, con un diseño
que ha ido depurándose generación tras generación, pero sin perder la esencia y
las líneas maestras del primer modelo creado por el genial Ferdinand Alexander
Porsche, lo mismo que ha sucedido con su tecnología.
Uno de los momentos que más entusiasmo generó fue el
Concurso de Elegancia, convocado por la organización de ClassicAuto, y dividido
en tres categorías. La participación se limitaba a 20 unidades con más de 25 años de antigüedad y el jurado
estaba compuesto por especialistas en la marca y personas de reconocido
prestigio en el mundo de los clásicos.
El Premio especial Club Porsche España fue concedido al
911 SC ganador del Rallye de Montecarlo de 1978 con Jean Pierre Nicolas al
volante, un ejemplar único, impecablemente restaurado por los mismos
preparadores de aquel momento, los hermanos Almeras. Su orgulloso propietario
manifestaba que “poseer un 911 no es un capricho, sino una necesidad”. Y
añadía:
“Es el sueño que hemos tenido muchos de nosotros y que
nos ha motivado a trabajar duro para verlo realizado. Es una satisfacción
difícil de cuantificar”.
El prestigioso relojero suizo Frederique Constant
concedía el Premio al mejor vehículo del concurso, que fue otorgado a un 911 de
primera generación de color naranja, en perfecto estado de uso. El propietario
fue galardonado con un reloj del fabricante suizo.
Por último, el Premio del Jurado ofrecido por ClassicAuto
fue otorgado a dos participantes en lugar de uno, prueba del duro trabajo que
tuvo el Jurado a la hora de elegir ganador: otro 911 de primera generación,
esta vez de color blanco y un 911 Turbo blanco de la segunda generación
(conocido como 930). El dueño de esta joya, a quien acompañaban sus hijas,
reconoció que es el coche que utiliza a diario y también lo disfruta el fin de
semana con la familia. “La genialidad del 911 es que no sólo es un deportivo
excepcional, sino que destaca por una funcionalidad que pocos de su categoría
pueden ofrecer”, señalaba.
Los amantes de la competición tuvieron la oportunidad de
contemplar el GT3 con el que Miguel Fuster se ha proclamado en dos ocasiones
campeón de España de rallyes, y el 911 GT3 RSR de Miguel Ángel de Castro, la
versión más potente que se fabrica de un modelo con un palmarés inigualable:
20.000 victorias en diferentes categorías abalan la trayectoria del Porsche
911.
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