.- Audi está construyendo una planta para la
fabricación de e-gas en la localidad alemana de Werlte.
.- Para ello ha transportado un enorme reactor de
metanización en un complejo viaje de casi 800 kilómetros por carretera.
.- El primer vehículo de producción en serie que
utilizará este combustible, un Audi A3 Sportback TGNC, llegará a finales de
2013.
El próximo verano Audi
va a poner en marcha en Werlte un planta de producción de e-gas, un gas natural
sintético que se transportará a través de la red pública de gas natural a las
estaciones de servicio de GNC (Gas Natural Comprimido) que hay en toda
Alemania. Para ello se ha trasladado de una punta a otra del país un enorme y
pesado reactor de metanización, que ha sido fabricado por MAN, otra empresa del
Grupo, en la localidad de Deggendorf.
Las ruedas de una cabeza tractora MAN-TGX de color
verde oscuro unida a un semirremolque comienzan a moverse muy despacio. Pasan
apenas unos minutos de las nueve de la noche y el sonido del motor V8 de 16.2
litros llena una atmósfera de aire gélido. En los próximos días, este propulsor
de 680 CV de potencia no sólo debe asegurar el remolque de casi 150 toneladas
métricas sino que, además, tiene que cumplir con las grandes expectativas para
ayudar a preparar el camino de la movilidad del mañana.
¿Y cuál es su preciosa carga? Un reactor de
metanización fabricado por MAN, una empresa hermana de Audi. A su llegada al
destino, la planta de e-gas de Audi en Werlte, este reactor tendrá un papel
protagonista.
Después de que dos agentes de la policía verificasen
todos los permisos, el semirremolque de 43 metros de longitud y 14 ejes pudo
por fin iniciar su misión. Al volante del vehículo se encontraba Oliver Heisel,
que debe recorrer 350 kilómetros antes de que llegue la mañana siguiente
evitando los grandes centros de población como Colonia y Düsseldorf. Su destino
es Werlte, una pequeña ciudad en el noroeste de Alemania.
Y es que precisamente en Werlte es donde Audi está
construyendo su planta de e-gas, en un terreno que ocupa 4.100 metros
cuadrados. Audi comenzará pronto a producir un combustible revolucionario que
allí se conoce como e-gas. Sobre la base de una energía verde, en la que se
utiliza hidrógeno generado de forma respetuosa con el medio ambiente y CO2, se
producirá e-gas, un gas natural sintético que se transportará a través de la
red pública de gas natural –con el que el e-gas es totalmente compatible– a las
estaciones de servicio de GNC (Gas Natural Comprimido) en toda Alemania.
La primera etapa del viaje del reactor fue en barco, a
través del río Danubio, desde la planta de MAN hasta el puerto de Deggendorf,
donde unas grúas transvasaron el reactor al semirremolque de alta resistencia.
Y, ahora, comienza el turno de noche. En Alemania las cargas pesadas sólo se
pueden transportar por carretera desde las diez de la noche hasta las seis de
la mañana. Debido a la anchura de la carga que lleva el camión, otros vehículos
únicamente podrán adelantarlo si hay más de dos carriles. De lo contrario, los
conductores deben seguir al coche de policía que escolta el convoy a una
velocidad de unos 45 km/h.
¿Por qué está dedicando Audi tanto tiempo y esfuerzo a
este proyecto? ¿Y por qué en Werlte y no en Ingolstadt, donde se ubica la
planta principal de Audi? El objetivo es la movilidad sin emisiones de CO2.
Para ello es necesario el uso de fuentes de energía alternativas, como la
energía eólica, para generar electricidad. Y hay un exceso de viento en el
norte de Alemania. Durante la fabricación del e-gas se absorbe CO2, que de otro
modo iría a la atmósfera. Cuando el combustible se quema en el motor, una cantidad
de CO2 equivalente a la absorbida previamente se libera de nuevo. El resultado
es un ciclo de CO2 completamente cerrado, lo que significa un comportamiento
sobresaliente desde el punto de vista medio ambiental.
En cualquier caso, el colosal vehículo de transporte
del reactor debe cubrir una distancia de 782 kilómetros desde un extremo a otro
de Alemania. A un conductor de un coche normal esto le llevaría aproximadamente
ocho horas, pero el reactor, con 16 metros de largo, 5,80 de ancho y 3,60 de
alto, necesitará pasar ocho noches en la plataforma del semirremolque.
Fuertes nevadas alteran el recorrido y el viaje se
convierte en una prueba de resistencia para el hombre y para la máquina. Oliver
Heisel y su copiloto Rudi Lauer utilizan frecuentemente la radio para
comunicarse con Detlef Ackermann, que va en el vehículo piloto. El señor
Ackermann ve cosas que los conductores del camión no pueden ver desde su
cabina. “Y cuando no hay espacio suficiente para nuestro vehículo, Detlef y mi
copiloto Rudi despejan el camino”, añade Oliver.
El terreno que Audi posee en Werlte sigue en
construcción, pero en cuanto la nieve se derrita, la planta iniciará su periodo
de pruebas, que se completarán hacia el verano de 2013. A partir de ese
instante, se suministrarán anualmente unas 1.000 toneladas métricas de e-gas a
través de la red pública de gas natural. La planta está preparada para absorber
alrededor de 2.800 toneladas métricas de CO2 cada año, lo que equivale
aproximadamente a la misma cantidad que absorben 224.000 árboles de la especie
haya en ese mismo periodo. Y el primer vehículo de producción en serie que
funcionará con este innovador combustible también está en proyecto: el Audi A3
Sportback TGNC, que aparecerá en los concesionarios a finales de 2013, ayudará
a abrir el camino hacia un futuro prometedor. A largo plazo, 1.500 vehículos
propulsados por gas natural comprimido recorrerán 15.000 kilómetros cada uno
con un balance neutro de emisiones de dióxido de carbono, gracias al e-gas
producido en Werlte.
Pero para todo esto, la cabeza tractora y su carga
deben completar primero su viaje. El semirremolque de alta resistencia se
encuentra con otro obstáculo. El transporte debe detenerse cuando intenta
acceder a la carretera A3; la curva es demasiado estrecha. Detlef y Rudi tienen
que quitar rápidamente unos limitadores de tráfico blancos y negros y desmontar
una señal de límite de velocidad que bloquea su ruta. Los usuarios debe
conducir aquí a 40 km/h. Sin embargo, en estos momentos eso no interesa a
Oliver, que va al volante. Él no tiene más remedio que ir a un ritmo muy lento.
Es la una de la madrugada en este instante, el termómetro indica cinco grados
Celsius y está lloviznando. “Maravilloso tiempo para poner señales”, manifiesta
Rudi después de colocar todas las cosas en el sitio correcto y limpiarse las
gotas de lluvia de la cara.
Pero la tarea más complicada de este recorrido todavía
está por llegar. Un cierre de carretera a causa de obras de construcción obliga
a la expedición a salirse de la autopista A31, cerca de la ciudad de Coesfeld.
La única opción es tomar una carretera más lenta y estrecha. Eso implica una
rotonda detrás de otra en cada pequeña localidad durante los próximos 20
kilómetros. La manera de actuar es siempre la misma. El equipo de transporte
debe acercarse lentamente al cuello de botella, quitar todos los obstáculos
(incluso limando los ángulos si fuera necesario) y cubrir los bordes de la
calzada empapados por la lluvia con planchas metálicas, para evitar que el
vehículo y su carga de muchas toneladas se queden atascados en el barro.
Como el conductor no puede maniobrar hacia el frente,
sus ayudantes vestidos con prendas reflectantes en amarillo deben salir y
echarle una mano, controlando individualmente cada eje del semirremolque de alta
resistencia. Sin embargo y a pesar de todo, ni siquiera esto es suficiente en
una de las muchas intersecciones. Los semáforos y las farolas están colocados
de manera tan desfavorable que el vehículo, con sus cuarenta metros de
longitud, se queda atascado. A las tres de la madrugada, de repente el vehículo
se parece a una ballena varada. Pero Oliver y Rudi son profesionales y
desenroscan el paragolpes trasero en un instante para proporcionar el margen de
maniobra necesario. Problema resuelto, aunque mucho tiempo perdido. El desvío
por obras en la carretera les ha costado tres horas, por lo que la tripulación
no alcanzará el destino que pretendía en esta etapa. A las seis de la mañana,
la policía guía al camión hacia un aparcamiento para vehículos pesados. Una vez
más, hay que pasar un tiempo de inactividad forzoso en la ruta que lleva al
norte de Alemania.
La planta de e-gas en Werlte resolverá una cantidad de
problemas considerables relacionados con la revolución de las energías
renovables: entre otros, el almacenamiento de excedentes de electricidad. En la
actualidad, la red energética no puede siempre transmitir electricidad
suficiente desde la costa norte de Alemania hasta las localidades del sur del
país que requieren grandes cantidades. Si el exceso de electricidad se
convierte en metano, como ocurrirá en la planta de e-gas de Audi, entonces esta
energía puede ser almacenada en la red de gas natural y distribuida
posteriormente.
Sólo la noche siguiente llega el semirremolque a
Loruper Straße en Werlte. Pero la cabeza tractora con el semirremolque es
demasiado larga, demasiado ancha y demasiado pesada para los 300 metros de
carretera de acceso a la planta. Una cabeza tractora más pequeña transporta el
reactor el resto del camino, para ser descargado a continuación mediante una
grúa.
Después de ocho meses de fabricación y de ocho noches
de aventura en la carretera, ¡el reactor de MAN Diesel & Turbo, en
Deggendorf, ha llegado por fin a la planta de e-gas de Audi en Werlte! Además,
Oliver y sus compañeros de tripulación podrán dormir por la noche de nuevo.
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