Europa cerrará el año con una caída en ventas cercana al 10%
Los expertos creen que en el futuro solo quedarán 6 o 7 grandes fabricantes
"En Europa nadie hace dinero ahora”. El consejero
delegado de Fiat, Sergio Marchionne, podría decirlo más alto, pero no más
claro. “En el mercado europeo todos estamos en pérdidas, y todavía se producen
en el mundo 20 millones de vehículos más de los que puede absorber el mercado.
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Sin duda, la crisis económica global no es la causa de nuestros males: las
deficiencias en la productividad y el exceso de capacidad sí lo son”, aseguró
el directivo durante el X Foro Anual de la Industria de Automoción celebrado el
domingo en la China-Europe International Business School (CEIBS). “Ahora mismo
muchos sobreviven gracias a las exportaciones, pero si países como China
ralentizan su crecimiento, la situación puede resultar dramática”.
Por eso, el sector de automoción en el viejo continente
tiene que iniciar una profunda reconversión que “será dolorosa” y que debería
seguir el camino marcado por Estados Unidos, donde fuertes recortes de
plantilla y numerosos cierres de fábricas han devuelto a la mayoría de marcas a
los números negros. En este proceso se enmarca la decisión de Ford de cerrar el
centro productivo de Bélgica y trasladar esa producción a Valencia. “No hemos
tomado esa decisión porque la mano de obra sea más barata en España, aunque eso
sin duda se tiene en cuenta, sino porque creemos que podemos aprovechar mejor
los recursos existentes allí y evitar el exceso de capacidad”, comenta a EL
PAÍS el vicepresidente del grupo Ford Joe Hinrichs. “Cerrar en Bélgica va a ser
caro, pero a largo plazo resultará rentable el cambio”.
Ford no traslada su producción a España por el precio de
la mano de obra, sino para aprovechar mejor los recursos
Y todos los analistas coinciden en que habrá más cierres
en la UE. Ivan Hodac, secretario general de la Asociación de Productores de
Automóviles de Europa, espera que el año se cierre con una caída de las ventas
en torno al 10% y que se convierta así en el segundo peor año de los últimos
tres lustros. El problema es que 2013 no será mejor. “En un futuro no muy
lejano habrá solo seis o siete empresas globales de éxito, y una o dos serán
chinas. El mercado decidirá cuáles”. Pero los gobernantes pueden crear el
entorno adecuado para aupar a las suyas.
Marchionne es de la misma opinión, y exige a los líderes
políticos que “tengan coraje para tomar las medidas necesarias”. Porque la
industria necesita políticas a largo plazo y estándares unificados que
ahorrarían miles de millones de euros. “Las subvenciones temporales, o los
planes de estímulo puntuales, solo introducen un elemento de distorsión que
impide la toma de decisiones acertadas a medio y largo plazo”, explica el
secretario general de la Asociación China de Productores de Automóviles, Dong
Yang. “Esas subvenciones imposibilitan la reestructuración y son, en
definitiva, perniciosas para la industria”, remata Marchionne.
Solo se han vendido 6.500 coches eléctricos en la Unión
Europea en el último año
Así que la solución pasa por un sustancioso recorte en la
producción. “Actualmente, las marcas europeas tienen un exceso de capacidad
enorme, entre el 30% y el 35%”, asegura Hodac. “Eso ha supuesto el aumento
incesante de un stock que provoca el descenso del margen de beneficios hasta un
punto peligroso”. Teniendo en cuenta que en la Unión Europea el sector de
automoción emplea a 11,6 millones de personas -directa e indirectamente-, la
supervivencia de las marcas no es asunto baladí.
Además, en el futuro más cercano acechan también otros
dos elementos inquietantes. Por un lado está China, que se ve tanto como
oportunidad como amenaza. “Los trabajadores no tienen que temer que sus puestos
de trabajo vayan a China. Porque apostamos por fabricar dentro del mercado en
el que vendemos, y China consume todo lo que producimos allí, así que no queda
nada para exportar a otros mercados. Decir lo contrario, como han hecho los
candidatos a la presidencia de Estados Unidos, es demagogia”, comenta el
directivo de Ford, cuyo crecimiento estará concentrado en un 70% en China. Allí
lanzará la marca Lincoln en 2014, “porque el sector ‘premium’ crece muchísimo
en este país”.
Actualmente, las marcas europeas tienen un exceso de
capacidad , entre el 30% y el 35%
Pero si China supone un mercado muy goloso para el mundo,
también el mundo es apetecible para China. Y la llegada a los mercados más
saturados de marcas locales es ya un hecho. “Tenemos que salir al extranjero
para apuntalar nuestro crecimiento”, dice Ma Jun, vicepresidente de la china
Chang’An, que en China fabrica también para Ford. “Pero todavía estamos en el
escalón más bajo de la industria, y necesitamos un calendario y una estrategia
creíbles para dar el salto”. De hecho, Dong Yang considera que existe peligro
de que la imagen del ‘Made in China’ se erosione por la internacionalización de
pequeñas marcas chinas con estándares de calidad muy bajos. “El Gobierno
debería prohibir su salida al exterior. Necesitamos disciplina para pasar de
una industria grande a otra fuerte. Tenemos un mercado gigantesco para
experimentar y para prepararnos antes de dar el salto”. El ejemplo más cercano
y acertado, coinciden todos, es el de Corea del Sur.
Trabajador de la firma china Geely.
China también tendrá mucho que decir en el otro elemento
que puede decidir el éxito o el fracaso futuro de las empresas de automoción:
los vehículos de energías limpias. “Necesitamos una movilidad más sostenible, y
la necesitamos ya”, reconoce Marchionne. Por eso, tras mencionar de soslayo el
poder de la industria petroquímica, el italiano descarta la viabilidad del
coche eléctrico. “Solo se han vendido 6.500 unidades en Europa este año, y,
además, no suponen una drástica reducción de la contaminación, ya que hay que
tener en cuenta los metales pesados de las baterías. Y luego está el problema
de la infraestructura”. Por si fuera poco, a las empresas tampoco les interesa
producirlos. “Con cada Fiat 500 -que lanzarán en Estados Unidos para cumplir
con los requisitos de emisiones y no por estrategia comercial- perdemos 10.000
dólares”, anuncia el directivo de Fiat.
Entonces, ¿cuál es la solución? Marchionne lo tiene muy
claro: “Primero tenemos que mejorar la eficiencia de los motores tradicionales,
y luego está el gas natural”. Calcula que en solo tres o cuatro años se podría
instalar el mecanismo necesario para que un coche normal se mueva con CNG en
todos los vehículos de Estados Unidos. “Tenemos que ser pragmáticos y buscar el
equilibrio entre el costo y el beneficio social y ambiental para tener éxito”,
apostilla. Hinrichs añade que los gobiernos deberían subvencionar la eficiencia
energética de los vehículos para estimular al consumidor ,“que no está
dispuesto a gastar más para obtener un beneficio social colectivo”.
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