El Gobierno se plantea implantar una nueva tasa que grave
a todos los vehículos usuarios de las carreteras con la que recaudaría más de
mil millones de euros que suavizarán el recorte en infraestructuras. La
euroviñeta que maneja el Ministerio de Fomento se distancia del 'quien usa, paga'
y grava a todos por igual.
"No está sobre la mesa poner peajes en las
autovías". Poco o nada han durado las palabras de la ministra Ana Pastor
realizadas durante la presentación de los Presupuestos Generales del Estado
para 2013. Horas después, la titular de Fomento tenía ya sobre la mesa un
documento sobre cómo implantar la directiva europea que le permitirá recaudar
al año entre 1.000 y 1.750 millones de euros.
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Al parecer, la opción elegida finalmente pasa por poner
en marcha un impuesto de circulación, que oscilaría entre los 40 euros y los 70
euros, y que gravaría sólo a los propietarios de vehículos, lo que según
Fomento pone en valor la máxima de "quien usa, paga". Es decir, quien
no tiene coche, queda exento de una carga impositiva que algunos consideran
injusta y que, en definitiva, va encaminada a costear los gastos de
mantenimiento de estas infraestructuras.
Se calcula que el parque automovilístico en España en
este momento es de aproximadamente 22 millones de turismos. Si se contabilizan
los vehículos industriales, se está por encima de 25 millones. El Gobierno hace
caja: 25 millones por 40 euros suman los 1.000 millones todavía no anunciados.
Mirando a Europa
La euroviñeta no es algo nuevo. Fomento mira desde hace
tiempo con envidia a Europa, donde un 80 por ciento de las vías de alta
capacidad son de pago frente al 22 por ciento de España. A excepción de
Alemania y Holanda, en el resto de países ya se paga o está en marcha.
Pero entre bastidores, la noticia no ha caído a todos por
igual. Y mientras algunos reconocen que es la solución más barata
-"evitaría la instalación de costosas infraestructuras en las carreteras
que encarecerían su puesta en marcha en un momento en el que las arcas
ministeriales están secas"-, otros, por el contrario, critican la medida y
creen que el Gobierno no ha hecho sino "tirar por la calle del
medio", para no crear malestar en algunos sectores, como el transporte
terrestre.
De hecho, Ana Pastor ha asegurado en varias ocasiones que
no es el momento de cargar sobre los camioneros españoles la
"euroviñeta" como tal, un canon que grava el tráfico pesado en
función del grado de contaminación y del desgaste de la infraestructura. La
ministra es consciente de que actualmente muchos transportistas se han visto
abocados a cesar su actividad y no está en el ánimo del Gobierno generar
malestar en un sector que ya ha demostrado que, por las malas, puede parar el
funcionamiento del país.
¿Pero, cómo se vive en el resto de Europa?
- Bélgica: en Dinamarca y Bélgica se hace un sólo pago al
año, similar al modelo que se quiere imponer en España. En Bélgica es de 33
euros.
- Alemania: es gratis, excepto para los vehículos pesados
y camiones de más de doce toneladas, que tienen que pagar una cuota por
kilómetro recorrido. La medida fue introducida en 2005 y se aplica tanto a los
vehículos pesados alemanes como a los extranjeros en tránsito por el país.
- Portugal: el precio de sus carreteras es de unos ocho
céntimos, IVA incluido, por cada kilómetro recorrido. Para los monovolúmenes,
el pago es de 14 céntimos.
- Francia: casi la mitad de sus vías de alta capacidad
son de pago. Las tarifas se establecen en función del tipo de vehículo.
- Suiza: todo su sistema de carreteras es ya de peaje y
el coste para los usuarios es de 60 euros al año.
- Austria: se paga por utilizar la red vial a través de
una tarjeta o pegatina: una semana cuesta 5,08 euros.
- Reino Unido: se paga por usar ciertos puertos y
túneles, así como un impuesto para circular por el centro de Londres.
- Italia: se cobra peaje en el 82 por ciento de las
autopistas y el precio por peaje es de un euro por cada diez kilómetros
recorridos.
¿Un guiño al sector del transporte?
No todos están de acuerdo con la interpretación que ha
hecho Pastor de la euroviñeta y creen que esta medida es sólo un guiño político
a los transportistas y con el que, curiosamente, se recaudaría mucho menos de
lo que estaba previsto en Fomento. De hecho, los cálculos de la implantación de
la euroviñeta hablaban de unos 8.000 millones de euros anuales.
"No se trata de una euroviñeta tal y como se
entiende en Europa y lejos de ser justa, castigaría a todos por igual",
dicen fuentes de la construcción, convencidas de que la medida sería un
"error". "No debería pagar lo mismo una persona que usa todos
los días el vehículo que otra que lo coge una vez al año".
Los detractores de esta 'europastor', como algunos la han
llamado, insisten en que la medida tampoco contribuiría a solucionar los
desequilibrios de la red entre las vías de pago y las gratuitas Por el
contrario, la euroviñeta en su estado puro animaría a los ciudadanos a usar las
de peaje. Además, al no tratarse de un impuesto finalista, dicen, es dudoso que
ese dinero revierta en la mejora de las carreteras "y se destine al
rescate de la banca", critican molestos.
Tampoco la noticia ha gustado al sector del transporte
por carretera. Desde la Federación Nacional de Transportistas (Fenadismer) se
cuestionan la legalidad de un nuevo impuesto ya que duplicaría al que ya existe
sobre el de Vehículos de Tracción Mecánica. Además, consideran que sus
asociados ya soportan un coste fiscal importante que le permite recaudar al Gobierno
al año 11.000 millones de euros por el impuesto de hidrocarburos.
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