Según Termiser Protecciones,
los problemas y deterioro en la carrocería se encuentran entre las primeras
causas para llevar el coche al taller, solo por detrás de bombillas fundidas y
revisiones habituales
El aparcamiento sigue siendo
una de las asignaturas pendientes de la mayoría de los conductores. En este
momento, el estrés, los nervios y otros factores externos pueden hacer que el
coche se lleve un pequeño susto no deseado. Aunque no se tratan generalmente de
grandes desperfectos, lo cierto es que los golpes y rozaduras contra columnas y
paredes son motivos más que frecuentes por los que acudir al taller de
reparaciones.