Ya hemos comentado en otras ocasiones los grandes cambios
que ha sufrido el sector desguaces en los últimos tiempos, especialmente
gracias a las normativas vigentes que han transformado el concepto de desguace
como cementerio de automóviles en Centros Autorizados de Tratamiento de
Vehículos (CATV), regulando así no sólo el proceso de destrucción y reciclaje
de los mismos, sino también las bajas definitivas de los vehículos en la DGT,
la comercialización de recambios usados, e incluso casos especiales que
permitan que un automóvil abandonado tenga como destino final estos centros.
Este sector a menudo causa desconfianza en el usuario que
no acaba de comprender la legalidad que hay detrás de cada decisión, ya que no
existe una normativa directa en la que se reflejen las pautas de nuestra labor,
sino que es un compendio de artículos, leyes y decretos propios de otros campos
los que recopilan los distintos aspectos relacionados con el desguace.