El negocio de las ITV, cuestión de permanente polémica y
servicio que las comunidades autónomas sacan a concurso puede que en un futuro
y no muy lejano sea una competencia que se destine a talleres y concesionarios
para ofrecer una buena posibilidad económica además de una oportunidad de oro a
un sector que está viviendo especialmente días difíciles con la crisis.
La visita obligada que todo conductor debe realizar
periódicamente para comprobar que el funcionamiento de su vehículo es el
correcto y más seguro para circular en las carreteras, podría ser una solución
que el Gobierno baraja en un futuro para aliviar las consecuencias económicas
derivadas de la crisis, que padecen en estos momentos tanto talleres como
concesionarios.