

Desconocemos el país, no sabemos cómo actuar, y en el
peor de los casos, nos encontramos solos ante una situación que no controlamos.
En algunos países, una pequeña fractura, o una repentina apendicitis, puede
suponer un desembolso de miles de euros. ¿Qué podemos hacer? Sencillo: ser
previsores, y cubrir todos estos incidentes con un seguro de viaje, con el que
viajaremos tranquilos al saber que un equipo de profesionales se encargará de
todo.