El
departamento para la vigilancia de la seguridad del transporte de los Estados
Unidos (NHTSA, por sus siglas en inglés) acaba de proponer una ley para hacer
obligatorias las cámaras de vídeo de marcha atrás para todos los automóviles de
menos de 4,5 toneladas.
Este
equipamiento es ahora opcional y está considerado un complemento para mejorar
la visión en las maniobras de aparcamiento.Pero la NHSA, que persigue esta
medida desde hace tiempo, quiere hacer que los coches lo monten de serie a
partir de 2018 con el fin de evitar unas 70 muertes anuales, que son las
víctimas fallecidas en los Estados Unidos resultantes de ser atropelladas
durante maniobras de marcha atrás, y donde los niños quedan especialmente
escondidos en los ángulos muertos de los retrovisores