La
era de la transmisión de datos entre el vehículo de carreras y los ingenieros
comenzó para Audi en 1989. En aquel momento un Audi 90 quattro en el Campeonato
IMSA GTO transmitía datos de ocho parámetros a los bóxes, donde las
revoluciones del motor y datos sobre presión o temperatura se trasladaban a
impresiones en papel. Un pequeño paso desde la perspectiva actual, pero que en
aquellos tiempos proporcionó importantes conocimientos.