Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1988, el concept car Activa era una declaración tangible del amplio patrimonio tecnológico de Citroën en el ámbito de la hidroneumática.
Dotado de tres centralitas electrónicas, una para la suspensión, otra para la dirección y una tercera para el bienestar a bordo y los sistemas automáticos, era muy ágil en las maniobras de parking y extremadamente seguro a alta velocidad cuando las cuatro ruedas contribuían también a los cambios de trayectoria.