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domingo, 20 de julio de 2014

LA ROTONDA: “AL VOLVER LA VISTA ATRÁS SE VE LA SENDA QUE NUNCA SE HA DE VOLVER A PISAR…”



Eliot, George



Recién cumplido los dieciocho, y con el permiso de conducir en el bolsillo, reestrene el “ocho y medio” ese mismo día. Recuerdo, que en 1979, el permiso de conducirse lo sacabas el mismo día si ibas preparado y no se  cruzaba nadie en tu camino.



 El teórico, la Pista y la Prueba real, en una mañana. Y además, te daban un carnet provisional, con el que desde ese mismo momento estabas autorizado a conducir un vehículo turismo.
Así se hacían las cosas antes, ¡Ah! y por tres mil duros.
Siempre se ha dicho “tiene menos tontería que un panda”, pues menos tonterías tenía mi seat ochocientos cincuenta.
Por no tener, no tenía ni cinturón de seguridad, aunque lo inventó Volvo en 1959, no entro en vigor en nuestro país hasta 1974. La tecnología más avanzada de mi coche, era un botón que se encontraba escondido debajo del volante, y que todas las noches me lo subía a casa, y su función era “desconectar la batería”. El no va más.

Mi Seat 850, tenía un motor de 4 cilindros en línea, de 843 cc y 37 CV de potencia con una relación de compresión de 8,8 montado sobre una carrocería portante metálica.

Más sencillo imposible, ni airbag, dispositivo de estabilidad, ni climatizador…más bien calefacción todo el año, en invierno y en verano. Sobre todo cuando salía a carretera en plena canícula estival y empezaba a calentarse porque se había quedado sin agua. O si no, cuando se te rompía la correa del ventilador, por lo que había que llevar un juego de ellas y una gran garrafa de agua. Más sencillo imposible.
Y si hablamos de pinchazos. Hay que ver lo que se pinchaban esos coches, y donde menos te lo esperaba.
Es evidente que el Parque Móvil de entonces no era el mismo que el de hoy, ni las carreteras tampoco, (de esto ya hablaremos otro día). Nada era igual. Hemos avanzado una barbaridad. Pero y nosotros ¿somos los mismos? ¿Se conduce igual hoy que ayer? ¿Somos tan educados como entonces? 

Entonces porque seguimos destrozando nuestras vidas y las de los demás en la carretera.


¿Qué opinan ustedes?