Comprar un coche es la segunda inversión, después de la
compra de una vivienda, más importante que realizamos y que afecta
considerablemente a nuestra economía doméstica. No sólo es una inversión
inicial en el momento de la entrega del vehículo con el pago del mismo, sino
con los gastos fijos y los derivados del uso del coche. Los gastos fijos a diez
años comprenden el pago de seguro (5.000 euros), lavados (780 euros), impuestos
(1.000 euros) e ITV (200 euros). A estos gastos fijos hay que sumar los costes
de mantenimiento (revisiones, recambios y neumáticos) que ascienden a 1.000
euros (0,05 euros /kilómetro) y los gastos en carburante a una media de 0,25
euros/kilómetro.
La opción de comprar un coche nuevo o uno de segundo mano
es una decisión a valorar. Un coche con 5 años de antigüedad cuesta la mitad
que el mismo coche nuevo. Este precio se va reduciendo cuanto más antiguo, a
los 10 años puede ser hasta un 90% más barato. Podemos comprar un coche nuevo con
unas prestaciones y equipamiento determinado o comprar un coche de ocasión con
poco uso y mejores características por el mismo precio o más barato.