Isabel Pokorni, Directora de Gestión Medioambiental y Energética de Porsche, habla de las actuales actividades específicas de cada ubicación y explica cómo Porsche puede reducir gradualmente su impacto en el entorno basándose en la concepción de una "Fábrica de Impacto Cero".
Isabel, ¿por qué es importante para usted la sostenibilidad?
Isabel Pokorni: Asocio la sostenibilidad con términos como durabilidad o viabilidad futura. Para mí, actuar de forma sostenible significa trabajar de un modo que nos permita seguir haciendo mañana lo que nos gusta. Esto también puede aplicarse a una empresa como Porsche. Además de cumplir la legislación actual y la que se apruebe, las calificaciones ESG o los intereses propios del negocio, creo que siempre hay que centrarse en una cosa: la viabilidad futura. La sostenibilidad va mucho más allá de la mera protección del entorno o del clima, algo que a menudo se malinterpreta. El término abarca mucho más. Más bien puede entenderse como un principio de actuación que persigue la máxima de ser sostenible o, de forma más tangible, "respetuoso con las generaciones futuras". Además de las cuestiones ecológicas, también incluye las sociales y económicas.
¿En qué ámbitos puede tener Porsche un papel acerca de estas cuestiones?
Isabel Pokorni: La dimensión global de la sostenibilidad medioambiental de Porsche es muy compleja. Los aspectos ecológicos pueden estar relacionados, por ejemplo, con la construcción y el funcionamiento de nuestros edificios y sedes, la producción y el desarrollo de nuestros vehículos, la logística, las compras o incluso la distribución de nuestros productos. Estas etapas de valor añadido requieren recursos como energía, suelo y agua, entre otros. Además, también pueden generarse contaminantes, emisiones, aguas residuales o desechos.
¿Cómo pueden contribuir usted y su equipo a reducir gradualmente el impacto medioambiental?
Isabel Pokorni: Las cuestiones ecológicas en Porsche son muy diversas y abarcan muchas áreas. Nuestro ámbito de responsabilidad incluye la orientación de la estrategia medioambiental y energética y el desarrollo de conceptos ecológicos, entre otros. Para ello, tenemos en cuenta y evaluamos los impactos medioambientales ya mencionados.
¿Cómo lo llevan a cabo y cómo pueden generar valor añadido para Porsche?
Isabel Pokorni: Mi equipo y yo somos responsables del llamado sistema de gestión medioambiental y energética, que sirve de marco organizativo y de procedimiento para las cuestiones de sostenibilidad ecológica. Este sistema funciona como una estructura de procesos, requisitos y métodos. Utilizamos este marco en las propias sedes de Porsche y en filiales seleccionadas para reducir de forma sistemática y continua nuestro impacto medioambiental.
Además, actuamos principalmente como consultores para departamentos internos. Todos ellos tienen necesidades específicas para sus proyectos y se dirigen a nosotros con sus preguntas y puntos de evaluación. Estos incluyen cada vez más cuestiones medioambientales. Las peticiones son cada vez más complejas y exigen que el equipo las tramite con un alto nivel de calidad. Un ejemplo actual es la adquisición de un sistema de refrigeración en el departamento de desarrollo. Allí evaluamos las consecuencias ecológicas de cada alternativa. Pudimos financiar los costes adicionales de la adquisición a través de nuestro fondo para el fomento de proyectos piloto ecológicos. Gracias a la estrecha colaboración con los departamentos especializados y a la posibilidad de financiación complementaria, fue posible adquirir el sistema ecológicamente más razonable.
Desde hace algún tiempo, Porsche persigue la meta de una "Fábrica de Impacto Cero" para sus plantas. ¿Qué significa esto exactamente?
Isabel Pokorni: Esta visión ecológica describe fábricas de producción o incluso centros enteros con un impacto medioambiental negativo muy reducido. En el futuro, queremos disminuir la huella ecológica poco a poco hasta llegar a un mínimo. Esto puede lograrse, entre otras cosas, cerrando los ciclos de los materiales, con un funcionamiento muy eficiente de las plantas y evitando cada vez más las emisiones y los contaminantes. A día de hoy, una reducción completa, a cero, es prácticamente irrealizable. No obstante, queremos ceñirnos a nuestra ambiciosa visión y la perseguimos en nuestros centros de producción de Stuttgart-Zuffenhausen y Leipzig, así como en el centro de desarrollo de Weissach.
¿Cómo puede determinar en qué punto se encuentra Porsche actualmente en cuanto a la visión de una "Fábrica de Impacto Cero" y en qué áreas es necesario optimizar?
Isabel Pokorni: La visión puede ponerse en práctica mediante dos componentes: a través de los llamados "puntos de impacto" y sobre la base de una lista de comprobación de los emplazamientos. Los "puntos de impacto" son una medida especialmente desarrollada para medir el impacto ambiental causado por el funcionamiento de las sedes de Porsche. Actúan como un conversor de divisas y nos permiten, por ejemplo, comparar los impactos negativos de los contaminantes atmosféricos con los residuos e identificar los puntos focales. Además, el uso de esta métrica nos permite tener en cuenta las particularidades regionales. Otro ejemplo para ilustrarlo: la escasez local de agua es más acusada en nuestra sede de Leipzig que en la de Stuttgart-Zuffenhausen. Por esta razón, el criterio del consumo de agua tiene una ponderación correspondientemente mayor en Leipzig. El segundo elemento de la visión de la "Fábrica de Impacto Cero", la lista de verificación de la ubicación, adopta un enfoque metodológico diferente. Contiene casi 150 criterios y requisitos sobre temas generales, como la calidad energética de nuestros edificios, la eficiencia energética de las plantas o la gestión de los residuos de envases. A partir de esta información, podemos derivar medidas concretas y empezar a aplicarlas.
¿Qué medidas puede destacar a este respecto?
Isabel Pokorni: Hace unos años pudimos contribuir en gran medida a la conversión del suministro energético de las fábricas. En sus plantas de Stuttgart-Zuffenhausen, Leipzig y Weissach, Porsche obtiene ahora electricidad verde procedente de fuentes de energía renovables, así como biometano neutro en carbono para la generación de calor. Hemos dado así un paso importante y ahora consideramos que es nuestro deber seguir con otros. Por eso trabajamos en el desarrollo y la aplicación de conceptos individuales para generar electricidad a partir de energías renovables, como los sistemas fotovoltaicos en las instalaciones de la empresa.
Con una decisión corporativa reciente y, en mi opinión, pionera, hemos podido fijar un rumbo importante para el futuro. A partir de 2024, Porsche pondrá a prueba un nuevo enfoque para seis proyectos de construcción seleccionados y proporcionará un presupuesto dedicado a la sostenibilidad del 6 % del total. Este presupuesto se utilizará para implantar construcciones respetuosas con el entorno, materiales de construcción ecológicos de alta calidad, sistemas eficientes de calefacción y refrigeración u otros conceptos innovadores de reconversión. Desde un punto de vista puramente económico, este tipo de medidas requieren naturalmente una inversión inicial ligeramente superior al principio, pero se amortizan a largo plazo.
¿Qué le gustaría ver en esta zona en el futuro?
Isabel Pokorni: En cuanto a la visión de "Fábrica de Impacto Cero", vamos por buen camino y actualmente estamos trabajando en las directrices para acercarnos cada vez más a grandes logros. En los últimos años, muchos empleados y departamentos han demostrado estar dispuestos a romper los esquemas existentes y ser valientes, impulsados por un alto nivel de automotivación. Eso es exactamente de lo que se nutre este programa, y por eso me gustaría animar a todo el mundo a que lo haga. Es un paso importante para lograr un cambio positivo. Buen ejemplo de ello es un proyecto conjunto de una iniciativa medioambiental y de sostenibilidad con el departamento de Competición que ya se ha presentado en esta serie de entrevistas. Gracias a la imparcialidad y la apertura mutuas, pudimos desarrollar toda la base estratégica y aplicar los primeros pasos para reducir el impacto medioambiental en los deportes de motor. Esto ha demostrado que si cuestionamos las cosas y -si resulta razonable- abandonamos los caminos existentes, podemos iniciar el cambio. Me gustaría promover personalmente esta transformación positiva y lograr un cambio tangible en la empresa con el compromiso diario de mis colegas. Junto con mi equipo, quiero dar buen ejemplo, porque la protección del medioambiente y del clima nos importa a todos.
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