LA ROTONDA

 

EL TIEMPO SOMOS NOSOTROS

 

Entre una cosa y otra, estamos más pendientes de lo que tenemos delante de nuestras narices, que de nuestra forma de actuar pesando en cómo va a afectar lo que hagamos de cara al futuro.

Los planes de futuro se marcan en una agenda empresarial para cumplimentar los objetivos, el resultado las pérdidas o ganancias de la cuenta de resultados, y de cualquier tipo de empresa. No sé si debemos tomar ejemplo de la forma de conducirnos en nuestra doméstica rutina para que cuadren nuestras cuentas, o sea el día a día, el que nos desvele aleatoriamente nuestro devenir.

Creo que estamos rodeados de submundos que más o menos podemos controlar, pero que no podemos olvidar, que intervienen directamente en nuestra vida, y a veces la omisión de estas hacen que tropecemos ineludiblemente en la manera de comportarnos.

¿Es usted una persona que siempre llega tarde, o es puntual? Mi opinión es que dice mucho de la personalidad de alguien que se toma en serio el llegar a su hora a una cita sea de la índole que sea: una entrevista de trabajo, a la consulta de un médico, quedar con un amigo…no hay justificación nunca para llegar tarde, a no ser que sea la causa una fuerza mayor. No es cuestión de ser obsesivo con este aspecto, pero lo contrario es una irresponsabilidad manifiesta, además de una falta de respeto.

Dijo, San Agustín, “Una cosa es percibir el tiempo y medirlo, y otra explicar su naturaleza”, una cuestión que científicos y filósofos llevan dos mil años intentando responder.

El mejor ejemplo lo puso y lo demostró Albert Einstein: “El tiempo absoluto no existe, sino que cada individuo posee el suyo, dependiendo de dónde está y cómo se mueva”.

Incluso hasta la religión tuvo que utilizar su prioridad divina. los teólogos cristianos condenaron en el siglo XIV la invención del reloj mecánico porque venía a usurpar la medición del tiempo divina, en la que estaban basados los rezos monacales -laudes, prima, tercia, sexta, nona, vísperas y completas, por ejemplo-, que eran convocados a toque de campana.

Pero hubo alguien que, echó más leña al fuego, reconociendo, como Newton, que al tiempo le sigue resultando esencial ser independiente con respecto de las cosas que en él se enmarcan, el filósofo Enmanuel Kant consideró que tanto tiempo como espacio eran formas puras proyectadas por la mente humana sobre el Universo.

El hombre le dio tanta importancia al tiempo que llegó a medirlo con meridiana exactitud, desde 1967, el tiempo oficial se mide por las oscilaciones atómicas del cesio, que ‘atrasan’ un segundo cada 30.000 años, eso afecta a nuestro calendario, que perdía hasta 1583,12 minutos anuales, pero se reajustó adelantando la fecha 11 días y creando los años bisiestos. Hoy su error es de 26 segundos anuales.

Hoy he querido viajar con ustedes por el tiempo, que no es lo mismo que viajar en el tiempo, porque posiblemente, hubiera ido al principio de los tiempos para saber desde cuando estamos midiéndolo, y viajaría hacía el futuro, para saber si realmente es tan importante como algunos creemos, o realmente el tiempo es tan relativo.

Aunque créanme, si es importante, lo es para todos, y ninguno queremos perderlo, por eso para mí es vital ser puntual con nuestros compromisos, porque nosotros somos el tiempo.

Con afecto y respeto

 

Pepe Bejarano

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