Comerciales, profesionales del
transporte de viajeros o del reparto de mercancías son solo algunos ejemplos de
trabajadores que pasan gran parte de su jornada laboral al volante y, por
tanto, se convierten en los más propensos a sufrir lo que se conoce como un
accidente de tráfico en misión. Arval, expertos en movilidad, recopilan en
colaboración con la Fundación Mapfre, varios sencillos consejos con los que
reducir los riesgos al máximo.
Con los cinco sentidos
Es primordial no confiarse al
volante. Aunque sea una ruta de sobra conocida, es importante poner siempre los
cinco sentidos en la carretera. Hay factores que se escapan a nuestro control y
debemos contar con el tiempo de reacción suficiente para minimizar cualquier
daño y esto solo se consigue estando 100% atento. En este sentido, es muy
importante planificar las rutas con tiempo suficiente teniendo en cuenta
paradas y posibles atascos. Al dejar de lado la presión y el estrés, se
evitarán distracciones y riesgos innecesarios. Por la misma razón, es
importante dejar activado el manos libres del móvil, por si se recibe alguna
llamada, y manipular siempre el GPS antes de emprender la marcha.
Labores de carga y descarga:
un riesgo previsible
Para mitigar las labores de
carga y descarga, hay que procurar colocarse siempre en el lado más cercano a
la acera para evitar posibles atropellos y respetar siempre las normas de
seguridad: utilizar una carretilla para evitar lesiones y evitar depositar la
carga en el suelo para no provocar caídas de terceros.
Respeto a los tiempos de
descanso establecidos
Profesionales como los
conductores de autobuses o de camiones, que deben llevar tacómetro, tienen que
cumplir escrupulosamente con los tiempos de conducción y respetar los descansos
establecidos, aunque fuera de estos colectivos el respeto al descanso es
fundamental, ya que de esta forma, se reduce el riesgo de fatiga y la
posibilidad de quedarse dormido al volante, factor que causa cerca del 20% de
los accidentes.
La carga, bien sujeta
La carga, que nunca debe
exceder el máximo permitido, tiene que repartirse por el compartimento
destinado al transporte y separarse de la zona del resto de pasajeros. Los
elementos que más pesen, siempre tumbados y todo ha de estar bien sujeto para
evitar desplazamientos con el vehículo en marcha, ya que una mala distribución
puede afectar a las respuestas del vehículo. ¿Sabías que en un vehículo cargado
y con espacio para pasajeros, es más seguro viajar con todos los cinturones
abrochados incluso sin pasajeros? Hay que tener en cuenta que los vehículos
comerciales de reparto son más grandes e inestables que los turismos, por lo
que requieren más prudencia al volante.
El vehículo siempre a punto
El buen estado del vehículo
también es fundamental para garantizar la seguridad en carretera. Es muy
importante realizar las revisiones y los mantenimientos periódicos marcados por
el fabricante, así como de forma habitual, hacer el cambio de repuestos que
tengan que ver con frenos o neumáticos. También es importante que toda la
documentación esté en regla, especialmente, la ITV. Una rápida revisión visual
de luces, líquidos y presión de neumáticos ayuda a detectar posibles defectos.
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